Volando bajo
El día de ayer hubo un supuesto secuestro de un avión en México. Al parecer los pasajeros ni se enteraron hasta que llegaron al aeropuerto de la Ciudad de México.
Eso me hizo pensar las ocasiones en las que me ha pasado algo raro en algún viaje y que por supuesto si me he dado cuenta.
Una vez viajaba precisamente a la Ciudad de México. No recuerdo si había mal clima pero el vuelo había transcurrido sin ningún sobresalto. El piloto avisó que nos preparamos para aterrizar y las sobrecargos se encargaron de recoger la basura.
Yo estaba sentado a la altura del ala derecha. El avión tomó una ruta normal, comenzó a tomar la pista y avanzó un tramo largo de ella, mucho mas de lo normal. Las llantas alcanzaron a tocar muy brevemente el suelo. De repente, así de la nada, el piloto comenzó a ascender. Se escuchó como los motores del avión volvieron a tomar fuerza encabronada. Ay buey! Que pinche sustote: Esquina Bajaaaaaan!.
Una vez que estuvimos en el aire estuvimos dando varias vueltas a la ciudad. Nadie dijo nada, ni siquiera el piloto.
Cuando volvimos a tomar pista, unos 20 minutos después, el corazón me decía, ya valiste madre guey. Pero no, afortundamente este aterrizaje no tuvo mas problemas. Ni el piloto ni las sobrecargos dijeron o explicaron nada cuando bajamos del avión. Si mal no recuerdo, el capitán ni siquiera abrió la puerta de la cabina y yo lo que quería era bajarme de ese pinche avión.
La segunda ocasión fue en un vuelo que iba a NY o Washington DC, no recuerdo bien. Acababa de pasar lo del 11 de septiembre y la gente estaba muy desconfiada. Yo iba dormido. De repente comencé a escuchar gritos de un hombre que estaba sentado en mi misma fila, pero del otro lado del avión: Ay, ay, ay, ay!!. Así, a grito pelón. Ay no manches! Me desperté y casi se me sale el pinche corazón. Volteo a ver medio apendejado que está pasando y veo a un buey que está siendo despertado por su acompañante mujer, asumo que era su esposa, diciéndole: "Estás soñando, estás soñando..." Una aeromoza vino a revisar lo que estaba pasando para encontrarse al hombre y mujer haciéndose los dormidos. Esto me recuerda algo que me pasó en un viaje en el que me dió un calambre en medio de la noche en un hotel mientras dormía y la gente salió de sus habitaciones para ver a quién le estaban apretando el cogote. Motivo de otro blog.
La tercera es mas o menos común, pero volar por enmedio de una tormenta eléctrica no es nada agradable. Ver los relampagos al lado del avión es impresionante. Ni siquiera me dió miedo cuando volé de Dallas a Orlando cuando estaba entrando el huracán Katrina a Nueva Orleans. No me enteré de lo que sucedió hasta que regresamos a Dallas.
La Marmota
jueves, septiembre 10, 2009
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