Oh, oh, estoy en problemas
La semana pasada caí enfermo. Muy mal. Estaba emocionado porque iba a ser una semana con el megapuente de acción de gracias y el viernes tenía programado correr con @jdlrunner una carrera que él estaba organizando llamada FatAss Turkey Trot. Jeremy tenía programado correr 100 kms y yo al menos 20 millas, pero se me atravesó la cochina enfermedad.
Mi problema comenzó el martes. Acompañé a mi esposa a una revisión con el oculista. Al regresar a mi casa vi un restaurante en el que hace poco me había comido unas enchiladas de mole. Aunque era temprano y ya habíamos comido pensé que era buena idea cenar de una vez. Las enchiladas no me dieron muy buen aspecto pero de todas formas me las comí.
Al otro día salí temprano de trabajar y le propuse a mi esposa salir a cenar. Así lo hicimos. Estaba haciendo mucho frío y no tenía ganas de ir muy lejos. Había pensado ir al restaurante de comida Mexicana que mas me gusta, pero al final me dió flojera manejar y me acordé de un lugar en donde mi esposa había llevado de cenar una vez que llegamos tarde.
Era un restaurante Mexicano muy pequeño en un lugar olvidado por la mano de Dios. El lugar no me gustó pero ya habíamos llegado y pedí de comer: Unos sopes de pollo y unas flautas de pollo preparados magistralmente por alguien de la cocina a la que le gritaban "gurrumina".
Me comí los dos sopes sin problemas. Cuando me comí la primera flauta de pollo mi estómago se sintió inflado e hizo el clásico... grrrr grrrr. No era mucha comida, los sopes estaban muy chicos, no era para que me hubiera llenado tan pronto. Mi esposa me dijo que tal vez era porque había comido muy rápido.
El día jueves iba a desayunar pasta para prepararme para mi carrera larga del día siguiente. Llegamos al restaurante y todo cerrado. Era lógico, era día festivo. Lo único que se me ocurrió fue ir a un IHOP cercano a comerme unos hotcakes y así lo hice. Al terminar mi estomago hizo grr... grrrr... cabrón... grrrr... Protestó.
En la noche nos invitaron a cenar con una familia y me la pasé bien. Durante la cena casi no toqué la comida me sentía muy lleno y la panza había grrr... grrrr.... peligro... alerta... grrr...grrr..
Al llegar a mi casa de plano me declaré enfermo. Tremenda gastroenteritis que me tiró viernes, sábado y domingo. Estuve tomando muchos líquidos y tomando caldo de pollo.
Hoy, lunes, salí a correr y me sentí muy débil. Sigo deshidratado. Esto no termina aquí... El domingo corro un maratón. ¡Mi maratón número 13!. No soy supersticioso pero por si las dudas me lo voy a llevar muy tranquilo.
He corrido maratones lastimado (no se lo recomiendo a nadie), con molestias de garganta, pero esta vez es diferente. Me siento débil.
Todavía no sé si fueron las enchiladas de mole o las manos de la gurrumina. El chiste es que tengo una semana para verme, al menos llegar a la meta. ¡Ay wey!
La Marmota
por su boca muere
lunes, noviembre 29, 2010
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