El sábado por la mañana desperté e hice mi maleta. La carrera se inicia y termina en el zócalo de la Ciudad de México. Muchas calles estaban ya cerradas debido a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia. Era imposible llegar en auto. El único medio iba a ser el metro. Decidí que era conveniente evitar las aglomeraciones del metro el día de la carrera, además de la desmadrugada y reservé con anticipación en el Gran Hotel Ciudad de México. Hermoso hotel, un verdadero palacio. Un bellisimo vitral de Tiffany en el techo; y con una vista inmejorable desde una terraza al zócalo, pero con un pésimo servicio y trabajadores muy mamertos. Desde la entrada están los cadeneros que parece que te están haciendo el favor de dejarte entrar. Hay una escalera para llegar al lobby y las personas de seguridad te ven hacia abajo como tratando de ver si eres digno de entrar. Pinches nacos. Un traje de medio uso, un radio y unos audifonos los hace creer que son dueños del universo.
En esta aventura nos acompañó Pao. Hija de mi cuñada y que también es mi ahijada de bautizo. Es como la hija que siempre quize tener y la quiero mucho. A sus ocho años nunca había tenido oportunidad de subirse al metro así que vine cotorreando con ella. Como nos subimos al metro desde la estación Taxqueña le dije que de un momento a otro viajariamos abajo de la tierra y que tendría que jalar aire para poder respirar. Fué todo un cotorreo.
Llegamos al zócalo y salimos de lado de Palacio Nacional. Llevaba mi backpack y mi esposa llevaba otra. Tardamos mas de 1 hora en caminar al hotel que está del otro lado del zócalo. Ibamos en medio de un río de gente que estaba en espera que se encendiera la decoración de la independencia.
Tan pronto nos instalamos en el hotel salimos a caminar por el Zócalo. Desafortunadamente comenzó a llover y nos tuvimos que regresar. No era momento de enfermarse. Cenamos en un VIPS que esta enfrente del hotel.
Al salir de cenar ya estamos muy cansados. Nos regresamos al hotel y afortunadamente ya había dejado de llover. Desde la terraza pude tomar algunas fotografías.
Pájara Peggi comenta que hay en Zócalo
De ahí nos fuimos a dormir hasta las 4:30 AM cuando desperté con un solo objetivo: Correr el maratón y divertirme. Traté de volverme a dormir pero mi emoción era muy grande. Quería que fuera ya la hora de comenzar a correr. Quería brincar, bailar, gritar... Me dí un baño muy rápido a eso de las 6 AM y a las 6:30 AM salí en busca de mi destino: Las calles de la Ciudad de México.
Continuará....
La Marmota
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