martes, noviembre 04, 2014

2014 New York City Marathon - Un momento mágico


Hay momentos en la vida que te marcan. Esos que llegan sin buscarlos. En todas mis carreras siempre busco experimentar algo nuevo. Trato de fijar todos mis sentidos para absorber lo mas posible. Durante el Maratón de New York me sucedió algo que recordaré por toda mi vida como un momento mágico.

Este año no pensaba correr el Maratón de New York porque no había quedado seleccionado en la lotería y de calificar por tiempo, ¡ni pensarlo! Fué justo cuando estaba en Berlín para correr el maratón cuando se presentó la oportunidad de último momento y desde allá estuve haciendo todos los arreglos. Quedo en deuda con la persona que hizo esta carrera posible.

Viajé en el autobús con Edgar a Fort Wadsworth. Ahi comienza el maratón. Este sería su primera vez corriendo el Maratón de New York y para mi el cuarto. El viaje estuvo muy tranquilo y como ibamos en el autobús con aire acondicionado hasta tuvimos tiempo de dormir un poco. Edgar salía en el segundo grupo en el área anaranjada, y yo en el tercer grupo en el área azul. Así que al llegar al lugar nos dimos un abrazo y nos despedimos.

Con Edgar (@rode) antes de ir a los corrales
Yo me fuí a la villa azul y me dí cuenta que el sistema de corrales lo habían cambiado. No había carpas para protegerse del viento así que tuve que acomodarme en el suelo. Llevaba una sudadera, pants, gorra y guantes, además de la capa de mylar que dieron en el Maratón de Chicago y la capa de plástico del Maratón de Berlín. Aún así me estaba muriendo de frío.

Bagels, café, barras energéticas, agua y plátanos
Estaba escuchando el sonido local cuando llamaban a los corredores de los diferentes grupos a su corral. Yo iba al corral A del grupo 3. Apenas me dió tiempo de ir al baño cuando avisaron que el grupo 2 ya estaba cerrado y que era necesario que los corredores del grupo 3 comenzaran a entrar. De pronto noté que algo no estaba bien. Estaba ya cerca de la entrada y todos los corredores a mi lado comentaban que ellos eran del grupo 2. Pensé que se les había pasado el llamado a su corral y tendrían que esperar hasta que abrieran el grupo 3. Cuando llegué a la entrada me detuvieron y avisaron que ese momento solo estaban dejando entrar al grupo 2 y que el audio estaba mal. Me hice a un lado y quedé junto a la puerta esperando el inicio de la entrada de mi grupo.
¡Vamos a nuestro corral! ¡Muuu! ¡Muuu!

No pasas Razulo, solo corral 2

¡Ahi va el grupo 2!
 Llegó el momento que cerraron los corrales del grupo 2 y dieron la salida de ese bloque. Los corredores comenzaron a avanzar hasta que pasó el corral F, el último. Pensé que iba a estar muy bien porque al ser el primero que entraria me permitiría otra vez estar hasta adelante de la salida y tomar unas buenas fotos. Por fin abrieron mi corral y algunas personas del grupo 2 aún estaban caminando hacia la salida. Alcancé a pasar antes que detuvieran a los corredores del grupo 3. Fuí el último que dejaron pasar antes que levantaran una cuerda para restringir el paso.

¡Por fin la salida!
Cuando por fin vi la salida dudé por un momento que hacer. Quedarme ahí o salir. Comencé a tomar unas fotografías y un voluntario se ofreció tomarme una.

El Km 0.0
¡Ya vámonos wey!
Cuando volteo a ver la salida ya era el último. Todos los demás corredores ya estaban subiendo el puente y casi no se veían desde donde estaba. Fue ahí cuando decidí comenzar a correr. Fué un momento surrealista. El viento era tan fuerte que no se escuchaba nada. Había muy pocos fotografos pero como el puente es muy grande llego el momento que me quedé solo. Me sentí en una de esas películas del fin del mundo. ¡Estaba cruzando solo el puente Verrazano!.

¡Apúrale que nos dejan!
¡Si lo hubiera planeado no me sale!
 El viento me aventaba de momento hacia un lado y hasta la gorra me tiró y la tuve que ir a alcanzar antes que cayera del puente. Pude tomar algunas fotografías y le pedí a un fotógrafo profesional que me hiciera una toma con mi telefono y aceptó. Quize que ese momento no se terminara. Seguí avanzando agradeciendo a Dios por esa oportunidad. Las nubes se estaban abriendo y el sol comenzaba a salir. 

¿Quibas uvas?
Razulo y yo
Cuando llegué al otro lado del puente comenzaron a pasar los corredores mas rápidos del siguiente grupo. Definitivamente fue un momento que siempre recordaré.



Tal vez algunos se pregunten y por qué tanto escándalo por cruzar el puente Verrazano-Narrows prácticamente solo. Aquí una perspectiva desde afuera.



Este se va al rincón de los recuerdos muy especiales.

Sergio

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