En el agua
Nunca he escrito un blog sobre mi segunda pasion, pero ayer me di cuenta. Ya puedo considerarme un nadador.
Primero que nada tuve que vencer mi miedo al agua. No por nada estuve a punto de ahogarme en dos ocasiones en el mar. La primera iba con la jefa en una barco que nos llevó a mar abierto supuestabamente para snorkelear. No dije a nadie que no sabía nadar porque estaba quedando bien. Que pendex. Me puse mal el chaleco y me estaba escurriendo. El barquito en el que ibamos se fue y ahi nos dejó. Comencé a patalear y manonetar pero no avanzaba. A los cinco minutos ya no podía mas. Afortunadamente iba pasando otro barco lleno de puras mujeres y me trepé cual pirata al ataque. Al principio se asustaron pero con trabajo les dije que me estaba ahogando. Ahi se esperaron hasta que el barco en donde iba yo regresó por mi. ¿Y la jefa?. Ni se dió cuenta. Ella había llegado a la orilla y como no me vió pidió al tipo del barco que me buscara. ¡Chale!
La segunda fue en plena playa. Había decidido no apartarme mucho de la orilla. Estaba brincando olas. De depente llegó una que me desplazó para un lado y ¡sopas! Cuando pisé el suelo vi como un metro y medio de agua arriba de mi. ¡En la madre! Comencé a brincar lo mas que pude pero tan pronto llegaba a respirar me iba para abajo. Clásico. Me comencé a desesperar. Afortunadamente estaba junto de mi Diego que, aunque estaba a unos cuantos pasos, estaba fuera del hoyo y con una mano me saco. Llegué a la playa en calidad de trapo.
El año pasado después que me lastimé la patrulla y no podía correr tuve que buscar una opción. Elegí la natación. Al principio comencé a nadar con un tubo de snorkel para practicar los movimientos. En diciembre vino la comadre Ili, consumada nadadora, y me explicó la técnica de respiración. En enero decidí dejar el tubo, sin hacer alusión al tubo de teibolera.
He estado nadando regularmente pero siempre pensando sólamente en la técnica. Cuidando como respiro, mis brazadas, la posición de las piernas, etc.
Ayer después de haber corrido como de costumbre me cambié y comencé a nadar. Nada que no haya hecho otro dia. Pero algo paso... Me sentí como pez en el agua por primera vez. Y eso me hizo muy feliz.
La Marmota
Foto: Soylentgreen26 - Flickr Creative Commons license
miércoles, mayo 26, 2010
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