viernes, septiembre 24, 2010

MICM 2010 - Parte 5

A mi padre

Entrando por avenida Revolución comenzamos una pendiente muy ligera. La avenida es amplia pero nosotros ibamos por los carriles de la izquiera. Mi único pendiente era saber si ibamos a subir el distribuidor vial. Mi moral estaba arriba y decidí que era momento de apretar el paso, pero algo pasó. Unos tres kilómetros antes de llegar a Mixcoac sentí una contractura en la pierna izquierda a la altura de la pantorrilla. Me detuve y tomé un gel. Comencé a caminar. Afortunadamente pasó muy rápido y volví a agarrar mi paso.

Mas o menos un kilómetro después vi una cara conocida: Mi amigo Julio. Sentí muy padre verlo ya que fué el único amigo que salió a apoyarme. Eso me volvió a levantar la moral. Estaba con su mamá. Los saludé y agradecí el apoyarme, después continué rumbo a Mixcoac. Entes de llegar a Mixcoac me dí cuenta que no ibamos a subir el distribuidor vial. Fué un gran alivio. Abajo del puente encontré de nueva cuenta a mi esposa y a Pao.

Mi equipo de apoyo

El dar vuelta sobre Rio Mixcoac vi a quién había estado esperando en toda la carrera: Mi padre. El ya estaba triste porque como no ve de un ojo y el otro tiene la visión disminuida pensó que yo ya había pasado. Había llegado solo y estuvo de pie varias horas esperando verme. Lo abracé y le dije que lo quería y le dedicaba esa carrera. Fué un momento muy emotivo. Lo único que me dijo fue "Te veo entero, no te ves cansado". ¡Claro que estaba cansado pero no se lo dije! Yo creo que pensó que iba a venir arrastrándome, pero poco faltaba. Quien ha terminado un maratón sabe lo que se siente en la milla 20.


Mi papá

Al despedirme de mi padre seguí por Rio Mixcoac. Aqui estaba otra estación de Gatorade pero ¡ya se les había acabado!. Una "corredora" que iba a mi lado traía apoyo de una persona en bicicleta que le pasó una botella de pedialite. Se acercó otro corredor que se veía en problemas para pedirle un trago y ¡se lo negó!. Sin palabras. Me dió mucho coraje. Poco espiritu deportivo. Es poco probable que esa "corredora" llegue a leer este blog, pero nada mas quiero decirle que se vió muy mal y al que obra mal, se le pudre el tamal. ¡Tache!.

La falta de hidratación me pegó y comencé a tener problemas en Insurgentes. Ahi comencé a caminar y correr. Tomar fotografías y disfrutar del recorrido.

Había estado pensando varios meses atrás que frase le iba a poner a mi camiseta. Tenía varias opciones como "Muévelas... como anoche", "Falta un Chingo", y otras, pero a mi esposa no le habían gustado. Incluso ya las había mandado hacer, pero ya estando en México, mientras estaba bañandome se me ocurrió la frase: "¿Falta mucho papá Pitufo?". Muchas de mis ideas se me ocurren en el baño. ¿Quién sabe por qué?. Esa frase me ayudó mucho porque los corredores que la leían me hacían esa pregunta. Si les interesa estampar una playera de correr la pueden llevar a Pambolero sucursal Insurgentes y pregunten por Karla Núñez. Yo les recomiendo llevar su propia camiseta porque las que tienen ahi son de futbol soccer y no sirven para carreras largas.

Playera de Corredor

A la altura del WTC me encontré de nuevo a mi esposa y Pao. El recorrido por Insurgentes me gustó mucho. Yo creo que fué la parte que mas me gustó porque ya no tenía la presión y nadie me esperaba sino hasta la meta.



Haciéndome Buey


De ahí solo hay dos subidas mas o menos pesadas. Una en el puente de Viaducto y para tomar la glorieta de los Insurgentes. Aqui los chamacos que llevaron para animar ya se veían cansado y estaban sentados en la banqueta pero estuvo bien.


Glorieta de los Insurgentes

Al entrar Avenida Reforma la cosa iba bien. Ahi encontramos una estación de abastecimiento grande en donde ofrecían plátanos y naranjas. La ruta se siguió por la lateral de Reforma porque la avenida estaba resevada para bicicletas y preparativos del Bicentenario.

Fue al entrar a la Avenida Juarez cuando se volvió todo un caos. Gente pasando de un lado a otro sin el menor respeto. Sobretodo a la altura de la Alameda Central. En el eje central Lázaro Cardenas estuvo peor. Afortunadamente al entrar otra vez a Pino Suárez el orden regresó y había gente ofreciendo dulces y apoyando a los corredores.

Al entrar a 20 de Noviembre vino una gran sopresa. Yo iba a comenzar mi sprint final y escuché el grito de mi esposa a pesar que estaba escuchando música. Me estaba pasando a Pao para correr los últimos metros con ella. La tomé de la mano y comenzamos a correr entre las vallas. Faltaban todavía como 500 metros y pensé que iba a tener que detenerme para que ella tomara aire, pero no, corrimos sin detenernos hasta la meta. Fué un momento inesperado pero muy padre.


¡A la meta!

Campeona


Al salir del área de meta entramos a la plancha el zócalo en donde recibimos gatorade, una bolsa de recuperación y mi ansiada medalla. Alguna gente se quejó de lo que venía en la bolsa. Una barrita, una naranja y un plátano. A mi la verdad no me importó. No contaba con eso. Ya había planeado comer algo después de la carrera. ¡Y vaya que comí! No solo eso, tragué.

Además, la inscripción es solo $250 pesos, menos de $20 dólares. Considerando que sólamente la inscripción de los maratones en Estados Unidos está arriba de los $100 dólares esta carrera fué un regalo. Sé que para muchos corredores del país $250 pesos es hacer un sacrificio, pero por el nivel de carrera pienso que tampoco se puede esperar que le vayan a dar a uno un desayuno completo.

No a cualquiera dejo que se pongan mis medallas

De ahí me regresé al hotel y me dí un buen baño. Mi cuñada y mi suegra ya estaban esperandonos en el VIPs de enfrente con una mesa para comer. Me dió tiempo para documentar la salida del hotel. Cuando llegamos ya estaba esperándome mi comida. Estuvo perfecto.

Después de desayunar vino lo peor del día. Se suponía que mi cuñada traía auto. Yo pensé que iba a estar muy bien. Salimos del restaurant y caminamos, caminamos, y caminamos. Hasta que llegamos hasta el metro San Antonio Abad. Yo cargando mi bag pack pesadisima. Mas o menos otra milla subiendo y bajando escaleras. Para la próxima me quedo otro día en el hotel.

Este ha sido uno de los maratones que mas satisfacciones me han dado. Conocí a nueva gente y me reencontré con mi amada Ciudad de México. No puedo esperar a volver a correr el próximo año. Ojalá esta vez le hagan mayor difusión. Este maratón tiene todo lo necesario para volverse uno de los mas importantes del mundo. Amén.

La Marmota

PS: Agradezco a los #twitterunners dejarme ser parte de su grupo. Nos vemos el próximo año si no es que antes.

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