La parte Ultra de esta carrera está dedicada a Zava Nita Mágica que me apoyó en mi causa donando sangre.
El día comenzó como un día normal de competencia. Desperté a las 4 AM y me metí a bañar y vestirme. No entiendo en dónde me comí todo el tiempo. La carrera estaba programada para comenzar a las 7 AM e ibamos saliendo de mi casa las 5:40 AM. ¡En la madre! Era tardisimo.
Yo vivo al Noreste de Dallas y esta carrera se celebra en Fort Worth. El lugar de inicio me queda a 103 kms. Iba muy tenso porque pensaba que no iba a llegar a tiempo. Afortunadamente llegué 10 minutos antes de las 7 AM. En ese momento estaban informando que el inicio de la carrera se retrasaría 10 minutos. Todavía me dió tiempo de pasar al baño. Las filas no estaban muy largas y los baños no tan sucios.
A mi me tocó el corral 2. Era imposible pasar. Parece que solo había un solo corral, que se iba llenando con los corredores. Hubo algunos corredores que comenzaron a saltar unas vallas. Tan pronto se fué la primera oleada llegó mi turno. Como era imposible encontrar una entrada del corral decidí aplicar la técnica del desorden y también me salte la valla.
La temperatura antes de que saliera el sol era ya de 22 oC y se sentía humedad. Sin correr era una temperatura agradable. De vez en cuando se sentía una pequeña brisa que refrescaba.
Al comenzar a correr fué cuando de inmediato sentí el golpe de calor. Traía una gorra y de plano me la tuve que quitar. Comencé a sudar como si estuviera derritiéndome como paleta. La cabeza estaba muy caliente.
Este año se estrenó una nueva ruta. Hicieron unos cambios que valieron la pena, pero en algunos tramos las subidas y bajas son realmente brutales. En particular hay un puente para entrar al Downtown de Fort Worth en la milla 9 que impone. Muchos de los corredores de medio maratón ya iban caminando para ese entonces.
Subida pesada en la milla 9
Stock Yards
Después del Maratón de Fort Worth del año pasado, que no es este mismo, y en el que no hubo puestos de abastecimiento de líquidos de la milla 2 a la 12, decidí cargar mi propia botella. Eso me ayudó mucho porque los primeros puestos de abastecimientos estaban saturados. La gente estaba bebiendo muchos líquidos por el calor y humedad excesivos. Los voluntarios no se estaban dando a basto. Al separarnos de la gente de medio maratón los puestos estaban mejor organizados.
Poco después de separarnos de los corredores de medio maratón comencé a sentir una lluvia ligera. Afortudamente no duró mucho, pero eso hizo que se alborotara mas la sensación de calor.
Mi plan era hacer menos de 6 horas pero a ese punto decidí mejor concentrarme en terminar. El haber corrido un maratón completo la semana anterior me estaba cobrando factura. Por la milla 19 me encontré un corredor que vestía la camiseta de haber terminado también el maratón de Austin. Lo saludé y le comenté que también yo lo había corrido. Agradecí a Dios saber que no era el único loco que se le ocurría eso. Su respuesta me dejó con la boca abierta: Resulta que él no solo había corrido el Maratón de Austin la semana anterior, sino también el SurfSide maratón cerca del Houston el día anterior. ¡En la madre!. Este corredor vive en Houston por lo que había salido de su casa a la 1 AM, manejado 5 horas a Fort Worth, estaba corriendo el maratón y de ahí se iba a regresar manejando otras 5 horas a su casa. ¡Este wey si esta orate! Además, como no le había dado tiempo de desayunar antes de la carrera y ya tenía un poco de hambre. Me contó que se estaba entrenando para una carrera de 100 millas.
Así me la llevé platicando con él hasta la milla 24 mas o menos. Tuve que rellenar mi botella de agua y él siguió su camino. En la milla 25 se separaban los corredores de maratón y de los ultra. Para ese entonces el sol y el viento ya estaban pegando con fuerza. La parte ultra se corre a lo largo del río Trinity. Hay que recorrer una distancia y regresar. El camino se vuelve aún mas solitario.
De repente veía corredores ultras que ya venian en sentido contrario. Las piernas duelen y hay que inventar algo para mantener la mente ocupada. A mi se me ocurre cantar, muy feo, pero esa técnica me evita pensar en lo que falta por recorrer.
Al llegar al punto de retorno pude reabastecer mi botella y tomé un vaso de Coca Cola y unos lacitos. El azúcar hizo maravillas después de unos minutos. Me reanimó.
En el camino vi varios corredores que apenas iban entrando al circuito ultra. Eso me hizo sentir que al menos no iba a ser el último. En eso me encontré a la vaca. Un corredor que siempre se disfraza de vaca con un mameluco y gorro. El pobre se iba asando. La vaca estaba participando en la carrera ultra en esta ocasión e iba de muy buen ánimo. Nos saludamos aunque no nos conocíamos.
Terminé la carrera con una nueva marca personal de 50K. Bajé mi tiempo anterior por casi 2 minutos. Estoy feliz y orgulloso. ¿Qué sigue? El Big-D marathon. En ese circuito tengo mi marca personal 4:03:02 y voy a hacer todo lo posible para acercarme.
Que conste que no fuí el último
Desde mi punto de vista
La Marmota
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