¿Adivina quiénes vienen a Dallas?
Esa fué una pregunta que me hizo hace unos días mi esposa. Todavía inocente y sin saber lo que me iba a deparar el futuro todavía pregunté - ¿Quiénes?. ¡El Mago de Oz! - respondió.
¡Madres! Ese grupo me repatea en el hígado y mi esposa es super fan desde hace poco mas de dos años. Me los tengo que fumar en la casa y en los rigtones de su teléfono. La voz chillona del vocalista me causa dolor de cabeza.
Al principio pensé que podría librarme del martirio porque creí que era el mismo día que vendría la trabajadora social para hacernos el estudio de la casa. ¡Pero no, fué al día siguiente!. ¡No la frieguen! ¿En jueves?.
Cuando me enteré en dónde sería el concierto me dí cuenta que era aún peor de lo que pensaba: El Far West. Un lugarsucho de rompe y razga en donde se presentan cantantes de la talla de Lupillo Rivera y toda pleyade de grupos relacionados. Nunca había ido, y no pienso regresar jamás.
Esa tarde corrí 8 millas tempo e hice mi rutina de ejercicios para el abdomen. Esto lo menciono para que quede constancia de mi estado físico. Estaba ya cansado.
Llegamos a las 9 PM y la primera bronca me la llevé con el Valet Parking. Finisima persona.
Cuando entramos al lugar a comprar los boletos tuvimos que pasar por una pequeña revisión, alias faje. Un cabrón de seguridad que se veía muy raro me pide que estire la manos a los lados. Comienza el masajeo y ¡ah cabrón! Apretón de gumaros. ¿Qué? Al principio pensé que era un error, con las prisas y la gente que estaba en la fila a lo mejor se le fué por error. Donde si valió madres fué cuando me agarró las nalgas de cartón de cerveza y les puso un buen apretón. ¡No mames wey! ¿Qué te pasa?. ¡Ah cabrón, pero si no hay nadie atrás de nosotros! Es muy temprano aún.
El lugar parece un establo sin sillas ni butacas. En medio hay una pista de baile y un escenario. Desde arriba se veía bien, pero ¡No! Había que estar lo mas cerca posible de los héroes musicales. ¡Error y Horror!. Al principio estaba todo muy tranquilo, estabamos tres o cuatro personas atras del inicio del escenario. Junto a nosotros estaban personas muy tranquilas y unos adolecentes que estaban en su cotorreo. Y comenzó a pasar el tiempo.... ¿Comenté que estabamos parados?.
De repente comenzan a poner música de fondo con DJ tipo sonidero. Era música de rock en español. Algunas personas comenzaron a animarse y bailar atrás en la pista. La verdad no escuché ninguna de las canciones porque, además de estar muy cerca de la bocinas, la voz del DJ no se callaba y hacia anuncios una tras otra como "Ya llegó la banda de Tepito!!! Un saludo para la banda rocanrolera de Ecatepunk, para los bizcochitos que nos acompañan esta noche...., etc y un largo etc. El wey simplemente no se callaba y repetía los mismos anuncios una y otra vez.
A eso de las 10 PM el DJ avisa que por fin se va a callar pero con la amenaza que volverá. Por fin entra un grupo. No conozco a los de Mago de Oz y pensé que serían ellos, pero ¡No! Eran los eternos desconocidos y el DJ los presento como "Ahi los dejo con estos hijos de la chingada que no sé como se llaman". La gente comenzó a mentar madres y pedirles que se fueran. Pinche música infernal.
A las 10:45 PM por fin los pudieron callar y comenzaron a cambiar los instrumentos. Pensé que ya pronto acabaría el sufrimiento, ¿les comenté que seguía de pie?.
Comenzó nuevamente el DJ con sus canciones y eterna letanía "Un saludo para la banda de Iztapalapa, para la de Guanajuato". Fué un viaje por casi toda la República Mexicana. De repente las cosas fueron de mal en peor...
Y nos dieron las 11, luego las 11:30 y el DJ dijo: ¿Cómo ven banda si organizamos un slam? Pensé - ¡No mames! ¿Estás bromeando?-. Y que empiezan los aventones, codazos, apretujones. Gente que estaba atrás comenzó a meterse para estar mas cerca del escenario. ¡Yo me quería ir! Se puso violento. Trataba de proteger a mi esposa pero las cosas estaban muy feas. Terminamos a una persona de enfrente del escenario sin poder movernos ni para atrás ni para adelante. ¡Era demasiado tarde! Estabamos atrapados.
Y dieron las 12 AM y nada. Seguían el pinche DJ con sus pendejadas y los técnicos afinando y probando una y otra vez las guitarras. Comenzaron a hacer señas al DJ para que ya se cayara pero no hacía caso, el seguía en su desmadre.
Como a las 12:15 salió el grupo. De ahí casi no me acuerdo. Mi cuerpo no pudo mas, apretones, codazos, jalones y para coronar comenzaron a cargar a un pendejo y pasearlo por arriba de las cabezas. Y calló arriba de mí. Me lastimó el cuello.
Eso parecía el metro Balderas en hora pico. Nada mas imaginense el olor, sudor y gente aventando vasos con cerveza, eso espero que era, desde atrás. Aluciados por aquellos hombres en mallas y su música del averno que por cierto no se entendía. ¿Para que tanto ecualizar y probar todos los instrumentos entonces?.
Para mi pinche mala suerte, uno de los músicos aventó la uña con la que estaba tocando una de las canciones con las que prendió mas a la gente y me cayo encima de mi camisa. ¿Diosito, que hice mal? La agarré y me la pusé en la bolsa para darsela a mi esposa como souvenir, pero hagan de cuenta que hubieran aventado la última coca-cola del desierto. Las pinche pirañas, comenzaron a aventarse mas tratando de buscarla en el suelo. ¡En mis piernas!. Cuando la gente brincaba estabamos tan pegados que me levantaban del suelo también.
Por fin terminó el concierto y llegué a mi casa a las 2:30 AM a bañarme.
Terminé madreado, cansado, desvelado y torteado. Pinche lugar, ¡No vuelvo a regresar! Que chinguen a su madre.
La Marmota
viernes, abril 15, 2011
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