martes, julio 26, 2011

La hermosa Sinforosa

El cañón - Parte 4 de menos

Debo confesar que tan pronto ví las dimensiones del cañón entré en pánico. Comencé a bajar y a no menos de 50 metros. ¡Madres! Me resbalé porque las piedras estaban mojadas y me dí un golpe muy fuerte. Mis tenis carísimos valieron para una fregada. Uno de los palos de trekking se rompió en al primera caída. El primer golpe fué tan duro contra la piedra que me hizo volverme sumamente cauteloso en la bajada perdiendo mucho tiempo. De nada sirvió, recuerdo que al menos fueron 7 buenos fregadazos los que me dí antes de llegar a la base del cañón.

En una de las caídas se me rompió el short de atrás. Afortunadamente tenía ropa interior de compresión del mismo color. Ya me veo por todo el cañón enseñando las nachas.

La bajada se me hizo eterna. Sigo si entender como le hacen los Rarámuris. Ellos bajaron a toda velocidad por los mismo lugares. Nunca los pude ver.

En el camino de bajada me encontré a Emmy y estuvimos platicando un rato hasta que se adelantó. Todavía no llegaba a la base del cañón y ya llevabamos 4 horas encima.



La parte que me dió mas miedo de la bajada fue una pared de piedras sueltas. Abajo estaba muy profundo y tenía que cruzarla lateralmente. ¡Nunca entrené para esto! Hubo un momento en que las piedras se empezaron a deslizar. Si alguien llegara a caerse ahi podría haber una avalancha de piedras que aplastarían a la persona. Al final del video se ve a Alberto, el otro corredor con el que terminé. Nos volvimos a encontrar antes de subir.



Cuando por fin llegué a la base del cañón encontré varios cruces con un río. El agua era todavía clara y nos dijeron que se podía tomar. Grave error mío fue no rellenar mi Camelbak. También encontré a los famosos burros que sirven para bajar abastecimiento y para subir a los corredores con problemas. Pobrecitos animales. Están varios días abajo. Tal vez sin comer. En las noches los murciélagos se dan un festín con su sangre.



La temperatura abajo es diferente a la de arriba del cañón. Era muy caliente y húmeda.

En el siguiente video se puede ver la diferencia de técnicas de dos personas locales para cruzar el río a diferencia de nosotros. No eran corredores y quién sabe a dónde iban.



Por fin llegue al siguiente punto de registro conocido como el Ranchito después de 6.5 horas. Ahí me registraron nuevamente y me pusieron una pulsera anaranjada. Sólo traía media botella de agua de río. En ese lugar fué en donde cometí el error mas grave de toda la carrera. Espero que al relatar esto ayude a que nadie mas cometa el mismo error.



Si, me equivoqué. Y lo pagué muy caro con tiempo y casi la vida. Cuando llegué me encontré que había solo dos cubetas con agua y en el fondo algo de tierra. Me dio asco. Pensé recolectar mi propia agua en el próximo cruce del río y me tomé la única reserva de agua traía. ¡Horror y error! La siguiente agua la encontré mas de cuatro horas adelante y era la del río verde. Pero no nos adelantemos...

¿En dónde estaban los burritos de carne, huevo y de frijol, el agua suficiente, los electrolitos, la fruta y los dulces? No sé. Eran esas dos cubetas de agua y una bolsa casi vacia de powerade.

La parte mas difícil del trayecto comenzó a partir de aquí.

Continuará...

La Marmota

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Sergio

No se si entro mi comentario anterior, por eso te escribo otra ves.

Es la mejor reseña del Ultramaraton que he visto felicidades

Saludos de Jorge

P.D. vas a correr el Marathon de la Cd de Mexico ?

La Marmota dijo...

Hey Jorge! Claro que voy a estar presente para el Maraton de la Cd de Mexico y me gustaria mucho verte. Fue un gran placer compartir horas contigo abajo en el cañón. Son unas grandes personas. Ahi te llevo lo que te prometí. Escribeme a runner a'r'r'o'ba gargal.com y ahi te paso mi correo personal para ponernos de acuerdo para vernos.