martes, abril 10, 2012

2012 Grasslands Trail Marathon


Este maratón ya lo había corrido el año pasado y aunque sabía que no iba a ser nada fácil decidí inscribirme pocos días antes. Me animé un poco por ir a la aventura, a quién le dan pan que llore, y otro porque me había gustado el ambiente y sobretodo la camiseta que nos dieron: Una Patagonia Capeline de margas largas.

El viernes nos fuimos a una ciudad llamada Decatur, TX que está como a 2 horas de mi casa. Recogimos mi número y nos hospedamos por esa noche. Mi primera sorpresa fue que este año nos dieron una camiseta normal, técnica, pero sin mayores méritos. A la fecha aún no me la he puesto.

Corredores de 50 millas

Ese día cené temprano y de ahí me fuí a dormir. Descansé bien.

En la mañana nos fuimos a Grasslands en donde se desarrolla la carrera.Me había comprado una nueva lámpara de minero porque el año pasado corrimos todavía siendo de noche. La utilicé solamente en el camino de mi auto a la salida ya que amaneció muy rápido.

Me registré y por primera vez me dieron un chip para medir mi tiempo. El año pasado el cronometraje fue manual.

Vi como se preparaban los corredores de 50 millas que salieron unos minutos antes que nosotros. Llegó la hora de prepararse para la carrera de maratón. Nos dieron unas indicaciones y enfrente se paró una familia con niños, todos con bibs de corredores. ¡Ah chinga!. Se equivocaron, pensé, pero ¡No!. ¡Iban a correr también el maratón! ¡Ay wey!.

Caminos de lodo

Estaba el papá, la mamá, unos niños de 6, 9, 10 y 14, así como una jovencita de 16 años. Se dió inicio la carrera. Eramos pocos.

Esta carrera se realizan con dos vueltas diferentes y cada una mide aproximadamente medio maratón. Primero tomamos el camino blanco. El mismo en el que el año pasado tuve tantos problemas porque está lleno de arena muy fina y en donde los pies se hunden. Fué difícil avanzar en esas condiciones el año pasado pero este año fue mas aún. Resulta que dias antes llegó una tormenta en el área que hizo que esa arena se convirtiera en un lodazal profundo.  Los pies se hundían a la altura de la pantorrilla en algunos lugares y en varias ocaciones mis tenis se me salieron. También estaba muy resbalozo.

 En plena acción con mis escoltas xD

Iba a muy buen ritmo y me adelanté a un grupo. Con el tiempo el lodo que estaba adentro de mis tenis se secó y me comenzó a molestar como si tuviera piedras en el zapato. Tuve que parar varias veces porque sentía las ampollas. En una de esas perdí la ruta del camino y salí por donde estaban los corredores de otras distancias. Les pedí ayuda y se portaron muy ojetes. ¡Ni pex!.

¡Bien cuidado!

Me regresé rastreando mis pisadas y esperando que no me pasara la desviación que debía tomar para no tomar la ruta en sentido contrario. Por fin vi un arbol que parecía que era la marca que había perdido. Parar esto mis tenis ya estaban rígidos por el lodo seco y los calcetines me irritaban la piel como si fueran lijas.

 Perdí esta marca y termine haciendo casi 28 millas ¡Plop!

Como puede terminé la primera vuelta y por fortuna pude cambiarme de calcetines y tenis. Lo único malo es que llevaba unos tenis nuevecitos de paquete. Era lo único que tenía a la mano. Así es que tuve que aventarme el otro medio con tenis nuevos.

En el camino azul, ¡Calorón!

Para esto volví a perderme varias veces pero no tan feo. Por ahí de la milla 18 encontré a uno de los niños, el de 10 años que estaba tomando agua en uno de los pocos puestos de abastecimiento. En toda la ruta hay como 5 a lo mas.

La segunda parte es por la ruta azul. Totalmente diferente. Sin lodo pero tampoco sin un arbol alrededor. El sol ya estaba pegando a plomo. Entre mis zapatos nuevos, las ampollas, la deshidratación moderada y las perdidas decidí caminar a partir de la milla 20.

¡Ni una pinche sombrita!

Al llegar a la meta me encontré al niño de 10 años ya con su medalla esperando a su papá y hermanos. Después de eso no me quedé mucho tiempo. El calor estaba insoportable.

Al ver los resultados de la carrera me encuentro con la grata noticia que todos, inclusive el niño de 6 años terminaron. ¿Qué motivo a la familia a caminar un maratón? No lo sé. ¿Fue responsable de los papás someter a sus hijos a un reto así? Tampoco lo sé. Lo único que sé es que lo lograron. Tienen mis respetos y ojalá cuando sean mas grandes tenga la fortuna de encontrármelos y saber que siguen corriendo.

La moraleja de este cuento: Si ellos pudieron, ¿por qué tu no?

 Corredora de 9 años lista para el maratón

La Marmota

No hay comentarios.: