martes, septiembre 11, 2012

2012 Un dia como migrante


Soy un migrante. Llegué a los Estados Unidos con trabajo, visa y tuve la oportunidad de obtener la residencia y posteriormente la Ciudadania. En mi país vivía bien y tenía un buen trabajo.

A pesar que mi decisión de emigrar se debió a un hecho desafortunado, las cosas se fueron dando de manera natural.

Desafortunadamente, la inmigración no es tan afortunada para todas las personas. La mayoría de ellas tiene que pasar grandes problemas y peligros en su búsqueda de una vida mejor y de las oportunidad que en su país no encuentran.

Este fin de semana visité el Valle del Mezquital, en el Estado de Hidalgo, tierra del pueblo indígena Otomí. En ese lugar, cerca del poblado de Ixmiquilpan, se encuentra un peculiar parque propiedad y administrado por una comunidad de indígenas Otomíes. El lugar se llama Parque EcoAlberto.

El lugar tiene cabañas, lugares para acampar, tirolesas, albercas con aguas termales, lugares para practicar rapel, paseos en lancha, etc. Está enclavado en un lugar conocido como El Gran cañón y por ahí corre el río Tula. Vale mucho la pena conocerlo. El lugar está realmente muy cuidado, limpio y seguro. La gente es muy amable.

Cuando llegamos encontramos un folleto en donde ofrecían un "Paseo Nocturno" para vivir la experiencia de los migrantes que pasan la frontera de los Estados Unidos. Nos inscribimos.

Yo pensé que iba a ser algo muy light. El sitio de reunión es a 8 kms de las cabañas. En camionetas nos transladan a la parte de atrás de la iglesia del pueblo en donde nos están esperando los Guias que se presentan.

Muchos del pueblo participan, aproximadamente 70 personas, disfrazadas de polleros, agentes de la patrulla fronteriza, cholos, rancheros, narcotraficantes y burreros. También hay patrullas, camionetas en donde transportan a los migrantes, armas de utilería, etc.

Pasamos por muchas partes en plena oscuridad. No llevamos lámparas para no ser detectados. Nos resbalamos, golpeamos, espinamos. Se siente horrible caminar por un terreno desconocido sin ninguna iluminación con constante temor a lo que va a suceder mas adelante.

Al final hay una grata sorpresa en donde termina la travesía que comienza a las 9 PM y termina a las 12:30 AM. Hay tanta adrenalina que el tiempo se pasa sin pensar. Es ahí cuando el guía principal explica las razones por las cuales organizan esa "Caminata Nocturna". No es para entrenar a prospectos de migrantes. Muchos de los que participan vivieron esas experiencias y cuentan que lo que nosotros experimentamos en unas horas no es ni el 5% de lo que ellos pasaron arriesgando sus vidas.

Este simulacro y en general el parque les ha servido para crear fuentes de empleo que evita que al menos las personas de ese pueblo tengan que irse a los Estados Unidos.

Ojalá algún día tengan oportunidad de visitarlo. Vale mucho la pena.

La Marmota

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