miércoles, septiembre 05, 2012

Un debut inesperado


Pronto escribiré sobre mi experiencia en el XXX Maratón Internacional de la Ciudad de México, pero antes quiero escribir esta historia de mi sobrino.

El año pasado mi familia me esperó en Río Mixcoac enfrente del Charco de las Ranas para verme pasar durante mi recorrido del maratón. Mi sobrino, que en ese entonces tendría 9 años se arrancó pero solo lo dejé irse conmigo una cuadra porque me preocupó cómo se regresaría solo.

Mi sobrino el año pasado

Este año mi hermana me comentó que mi sobrino quería correr un poco mas. Le dije que estaría muy bien pero que era necesario que lo acompañara una persona adulta para que cuando se cansara se regresara con esa persona. Mi hermana me dijo que ella lo iba a acompañar. Ahí quedó el plan.

El punto en que me espera mi familia es justo la marca de los 30 KM. Faltan 12.145 kms para completar el maratón. Este año cuando llegué a ese punto encontré a mi familia menos a mi sobrino. Los saludé muy rápido y mi hermana me dijo "ya se fué con los Kenianos". No le presté atención a su comentario. Mas bien pensé que había tenido algún ensayo ya que es actor y no había podido verme. Fué en la tarde, ya que había terminado el maratón cuando me enteré lo que había pasado.

Resulta que su papá le dijo que él lo acompañaba a correr un rato para que no interfiriera con mi carrera y que yo tuviera que irme mas lento por esperarlo. Así que mi sobrino se despertó temprano y se vistió. Salió chancleando los tenis, sin abrocharselos, pero sin antes tomarse un vaso de leche porque su mamá, mi hermana, no lo iba a dejar salir sin desayunar. Serían las 8:30 AM

Al salir se dieron cuenta que en ese momento estaba pasando el grupo puntero con los Kenianos y el turibus con los periodistas. El papá de mi sobrino le dijo, - vamos a irnos lentos para ir calentan... -. Cuando se dió cuenta mi sobrino había salido disparado para alcanzar a los corredores. Su papá, que en realidad no corre, trató de alcanzarlo.

Según tengo entendido su papá pudo correr hasta llegando a Reforma. Serían 8 kms y le dijo. - Esperame tantito. Ahorita te alcanzo. Llega hasta la Diana Cazadora y ahi me esperas. No te muevas de ahí - Mi sobrino, que en todo ese tramo no se había detenido ni un instante, se siguió del punto en el que su papá le había dicho que lo esperara. Siguió corriendo y corriendo. Su emoción era grande porque la gente le gritaba ¡Vamos Chino tu puedes! ¡Vamos guero, mételes presión! Y le tomaban fotografías.



Me cuenta que llegó a un punto en donde vió unos arcos de colores. ¡Era la meta! Cruzó el arco negro. Se emocionó que la gente le echaba porras. Los reporteros le tomaron fotografías. Se enojó porque de último momentó trató de alcanzar a uno de los corredores. ¡Pensaba que si lo pasaba se ganaría los 150 mil pesos del premio! Ni siquiera inscrito estaba el chamaco.

Siguió caminando y le dieron su gatorade y bolsa de recuperación. Llegó a la zona de medallas y se formó en la de medio maratón. ¡Y se la dieron!.

Me cuenta que en ese momento se fué a la zona de brincolines y se hincó a ver. Yo creo que mas bien a descansar y pasó un señor que le dijo -Ya no quiero saber mas en mi vida de esto - y le regaló otra medalla de medio maratón.

La adrenalina era tal que todavia tuvo la osadia de subirse a los brincolines. Pasaron 15 minutos cuando regresó a la realidad y se acordó de su papá.

Estuvo yendo a la zona de sonido local para pedir que lo vocearan. Le pidió a varias personas prestado su celular para llamarles a sus papás hasta que por fin entró la llamada al teléfono de su papá y se reunieron en el asta bandera. Ninguna persona adulta le preguntó a mi sobrino, quién era, en dónde estaban sus papás. Ni siquiera en el sonido local.

Su papá llegó hecho una sopa, super cansado y todo adolorido.

Mi sobrino en realidad corrió medio-medio maratón, o un cuarto de maratón. Sin haber entrenado. Sin ropa adecuada y todavía su mamá quería ponerle sueter al salir. Además sintió la emoción de llegar a una meta a pesar del susto que le metió al papá. Ojalá esta experiencia le sirva para que cuando sea mas grande se anime y yo tenga la oportunidad de correr un maratón con mi sobrino.

¡Que chamaco!


La Marmota


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