Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
- Cantares, fragmento
Antonio Machado
En un día como hoy, hace 5 años fue la noche previa a mi primer maratón. Estaba emocionado pero a la vez con mucha incertidumbre y dudas. Nunca había corrido mas de 19 millas. Tampoco había participado en una carrera antes. Unos dias antes me había enfermado de la garganta. Tal vez me bajaron las defensas por los nervios.
Esa noche casi no pude dormir. No tenía un plan específico. Nadie me había entrenado. Tampoco tenía un super reloj como el que ahora es común correr. Mi idea era llegar a las 19 millas y de ahí seguir aunque tuviera que caminar.
Seleccioné la ropa pensando que iba a hacer frío. Me puse una camiseta de manga larga abajo de mi camiseta de correr. Ni siquiera chequé el pronóstico del clima. Además, llevaba una gorra de los Pumas, el equipo de mi alma mater y guantes.
Esa noche preparé mis geles en un cinturón de hidratación. En la mañana que me lo puse pero decidí que pesaba mucho y lo dejé en la casa. Ya en el camino me arrepentí porque me pregunté si nos iban a dar agua y gatorade suficiente durante la carrera.
En esa época tenía dos pares de tenis y decidí llevar unos que tenía poco de haber comprado a pesar de no haber corrido con ellos lo suficiente. Mis calcetines eran de algodón.
Mi número (BIB) era azul para identificarme como maratonista debutante. Los demás corredores llevaban un número color blanco.
Aún no sé por qué pero me asignaron el corral A, el de hasta adelante. No recuerdo que en mi inscripción me preguntaran en cuánto tiempo tenía planeado terminar la carrera.
Antes de entrar a mi corral solo pude tomarme dos fotografías antes de despedirme de mi esposa. Me persignó y dió un beso.
Había muchos corredores para donde voltearas. Jamás había visto tanta gente en ropa de correr y tenis. Vi unos corredores haciendo estiramientos y los comencé a imitar. Me dije - ellos han de saber porque se ven muy concentrados -. Comencé a sentir calor.
Por fin entré a mi corral y desde ahí alcanzaba a ver la salida. A mi derecha estaban las pantallas del American Airlines Center, en donde estaban pasando a las Rockets del Radio City bailando. De mi lado izquierdo un estacionamiento desde donde había mucha gente esperando a tomar fotos de la salida.
Comenzaron a cantar el himno y al final pasó un avión caza volando muy bajo. El ruido que hizo al pasar se escuchó muy fuerte y todos nos emocionamos.
2008 Dallas White Rock Marathon |
Dieron la salida y me encantó que nos arrojaran papel picado. Me sentí en un desfile. Soy muy introvertido pero por una extraña razón me comencé a sentir en confianza. Como si fuera algo que hubiera hecho antes.
Los primeros 2 kilómetros comencé a sudar y tenía mucho calor. Por primera vez sentí la humedad. Nunca había tenido ese problema durante mis entrenamientos. Para quitarme la camiseta de manga larga tenía que antes quitarme la camiseta de correr quedándome con el torso desnudo. Me dió pena hacerlo enfrente de tanta gente. Para el kilómetro 4 me valió gorró, me hice a un lado aprovechando unos baños portátiles y en medio de la calle me quité las camisetas. Nadie volteó. No quería tirar cosas en el camino así que decidí amarrar la camisa de manga larga en mi cintura como en la Secundaria. Lo que no supe que hacer fue con mi gorra. No era para correr y sobrecalentaba mi cabeza.
En la milla 14, con la humedad del lago, mi sudor y los calcetines de algodón comencé a sentir algo raro en la planta del pie. Iba a buen ritmo, al menos al que había estado acostumbrado. En los puntos que se suponía iba a ver a mi esposa no había estado.
En la milla 17 me di cuenta que lo que tenía era una ampolla en la planta del pie y ya me estaba doliendo. No sabía que tenía que hacer en ese caso. Nunca antes me había pasado durante mis entrenamientos.
Poco tiempo después sucedió algo que me ha marcado aún hasta estos dias. Ví un joven cuadraplégico con su mamá a un lado del camino. Tendría unos 20 años. Estaba en una posición parecía estar de pie. Jamás olvidaré su cara con una sonrisa de emoción al vernos pasar. Eso me ayudó a darle por primera vez gracias a Dios por permitirme estar ese día ahí, recuperándome como persona y decidí que no iba a parar hasta terminar.
Poco tiempo después sucedió algo que me ha marcado aún hasta estos dias. Ví un joven cuadraplégico con su mamá a un lado del camino. Tendría unos 20 años. Estaba en una posición parecía estar de pie. Jamás olvidaré su cara con una sonrisa de emoción al vernos pasar. Eso me ayudó a darle por primera vez gracias a Dios por permitirme estar ese día ahí, recuperándome como persona y decidí que no iba a parar hasta terminar.
Entre la milla 19 y 20 de plano me dolían mucho las piernas y comencé a cojear por la ampolla. No sé por qué en mis sueños guajiros se me había ocurrido que era necesario llevar unos calcetines de repuesto pero a la mera hora decidí no llevarlos. Mis pies estaban empapados de sudor. Eso me enojó un poco.
Las últimas millas se fueron entre caminar y correr por algunos tramos. Aún sentía energias pero cada que pisaba me molestaba mucho la ampolla.
Mi cara por la milla 24, jajajaja |
Al llegar los últimos metros del maratón algó raro paso, dejó de dolerme la ampolla. Las piernas dejaron de pesar. Corrí los mas rápido que pude. Al llegar sentí como si atrás se hubiera quedado alguien que me molestaba. Comencé a llorar. Vi a mi esposa y la abracé con todas mi fuerzas. Ella se asustó y me dijo - No te preocupes, si quieres ya no lo vuelvas a hacer -. Quize explicarle que era al contrario. Tenía ganas de hacerlo muchas veces mas.
Esta foto la tomó mi esposa a mi llegada |
A cinco años de mi primer maratón he corrido 49 maratones oficiales y 7 ultras. Hubiera querido festejar el día de mañana corriendo la misma carrera con la que comencé celebrando mi maratón 50, pero desgraciadamente el Maratón de Dallas se canceló por una tormenta de hielo.
A pesar de estar triste por ello, en verdad me emociona saber que hay corredores que el día de mañana participarán en su primer maratón en Monterrey, México. He leído con mucho cariño sus entrenamientos y en estos dias la emoción de sus preparativos finales. Razones hay muchas, cada uno tiene la suya, lo importante es que estoy seguro que esa primera vez les quedará grabada por siempre. En sus relatos vuelvo a sentir lo que yo viví. Muchas gracias por compartirlo.
Deseo de todo corazón que todos tengan mucho éxito y disfruten la carrera. ¡Amor y paz a todos!
Sergio Garrido
You better run all day and run all night. Keep your dirty feelings deep inside - Run Like Hell - Pink Floyd