Septiembre 2010
Estoy triste porque este mes esta apunto de acabar. Me trajo muchas nuevas experiencias. Mi esposa y yo tuvimos oportunidad de pasar unos dias increíbles en México y hacer lo que en mis anteriores viajes me había perdido: Estar con la gente que quiero.
Fueron en realidad muy pocos dias. Aunque estuve dos semanas en México, la primera estuve trabajando. A los amigos que no pude ver, mil disculpas. Espero verlos pronto ya sea aqui en Dallas o a mi regreso en Diciembre.
A mis nuevos amigos, también un abrazo. Me dió gusto conocerlos fuera de cibermundo y darme cuenta que somos de carne y hueso. Sigan entrenando y espero poder correr con ustedes muy pronto.
Hay tantas cosas por recordar de este mes del Bicentenario: Los desfiles, paseos con Pao, las pláticas con mi papá, el viaje al Nevado de Toluca, el correr por las calles de mi amada Ciudad de Mexico. Me da alegría y a la vez nostalgia de acordarme. Son de esos momentos que se quedan grabados en el corazón para siempre.
¿Y se preguntarán y la patoaventura? Pues aqui les va. A nadie se la he contado así que será una primicia. Resulta que iba saliendo de casa de mi papá y como esta vez decidí no rentar un auto tuve que tomar un taxi. Estaba comenzando a lloviznar y desde la esquina hice la parada a un taxi. Cual fue mi sorpresa a ver la persona que manejaba era una mujer. Me subí al taxi y lo primero que le comenté a la taxista fué que era la primera vez que me subía a un taxi manejado por una dama. Era una mujer joven en los 30s.
Como a mi me habían secuestrado hace tiempo en un taxi le pregunté si no sentía que fuera peligroso, ya sea para un hombre o mujer. Siempre me gusta hacer platica con el taxista. Su respuesta fué que no sentía que fuera mas peligroso que ir como pasajero en un colectivo y caminando por la calle. De repente volteó y me dijo: "Te voy a poner una canción y dime que es lo que sientes cuando la escuchas". Respondí - "Errrr", sorprendido por el cambió drástico de conversación. Y que pone una la rola de Juanga:
"¡Ah chingá! ¿Qué onda?" - pensé - Y no acerté a decir mas que - "No pus (sic), se debe sentir bonito". A lo que respondió "Y te dijeran que eso es lo que ahorita lo están sintiendo por tí".
Ahi si me dió miedo: Era una cámara escondida, me iban a secuestrar o me estaban tirando la onda.
Ya no quería investigar. ¡Esquina bajan! Pagué, agradecí la rola y me perdí entre la gente.
La Marmota
jueves, septiembre 30, 2010
miércoles, septiembre 29, 2010
Nueva marca personal
El lunes pasado me desperté en lo que parecía iba a ser un día cualquiera. Me desperté relativamente temprano después de un fin de semana tranquilo. El sábado llovió así es que no pude hacer mi corrida larga. Unicamente corrí 10 kms con la esperanza que el clima mejorara el domingo. Y así fue, salí por 20 millas y terminé 20.85.
El lunes por la mañana me sentí un poco cansado. Iba a cortar el pasto de mi casa pero mejor quize ir a correr un poco y nadar.
Comencé a correr y de inmediato sentí las piernas muy ligeras. Pensé: ¡Ay buey! Yo creía que iba a estar pesado porque regularmente descanso el día siguiente de una carrera larga. Decidí en ese momento aprovechar que me estaba sintiendo bien y decidí apresurar mi paso. No tenía idea cuál era mi velocidad pero seguro era mas rápida que de costumbre en un lunes. Ya que llevaba 40 minutos de carrera vi que estaba cerca mi anterior marca personal (8.91 mi/hr) y pensé: Inguesú, voy a intentarlo y apresuré mas mi paso tratando de controlar mi ritmo cardiaco y respiración.
Los últimos minutos no pude mas, comencé a sentir problemas de deshidratación a pesar que estaba tomando fluidos. Me iba dar un dolor de caballo y bajé mi velocidad. No sin antes enojarme porque sentía que había tenido mi récord cerca. Me recuperé en dos minutos y volví a acelerar para dar el resto. Paré mi reloj justo a la hora cuando estaba marcando 9 mi/hr (14.48 km/hr). ¡Ay buey! Nunca en mi vida había corrido tan rápido. Ni en mis sueños siendo correteado por mis acredores.
Tardé en recuperarme mientras me estiraba. Todavía se me ocurrió meterme a nadar. Me bañé y salté a la piscina. Sentí de inmediato lo frío que estaba. No pude nadar mas que 10 minutos. Comencé a sentir mucho frío. De suerte no me enferme. Con esa carrera le puse una buena madriza a mi puerquecito. Tanto que ayer martes de plano me dió mucha flojera correr o nadar y me lo tomé como día libre.
Estoy feliz aunque es un logro que mucha gente no entenderá. No me importa.
La Marmota
El lunes pasado me desperté en lo que parecía iba a ser un día cualquiera. Me desperté relativamente temprano después de un fin de semana tranquilo. El sábado llovió así es que no pude hacer mi corrida larga. Unicamente corrí 10 kms con la esperanza que el clima mejorara el domingo. Y así fue, salí por 20 millas y terminé 20.85.
El lunes por la mañana me sentí un poco cansado. Iba a cortar el pasto de mi casa pero mejor quize ir a correr un poco y nadar.
Comencé a correr y de inmediato sentí las piernas muy ligeras. Pensé: ¡Ay buey! Yo creía que iba a estar pesado porque regularmente descanso el día siguiente de una carrera larga. Decidí en ese momento aprovechar que me estaba sintiendo bien y decidí apresurar mi paso. No tenía idea cuál era mi velocidad pero seguro era mas rápida que de costumbre en un lunes. Ya que llevaba 40 minutos de carrera vi que estaba cerca mi anterior marca personal (8.91 mi/hr) y pensé: Inguesú, voy a intentarlo y apresuré mas mi paso tratando de controlar mi ritmo cardiaco y respiración.
Los últimos minutos no pude mas, comencé a sentir problemas de deshidratación a pesar que estaba tomando fluidos. Me iba dar un dolor de caballo y bajé mi velocidad. No sin antes enojarme porque sentía que había tenido mi récord cerca. Me recuperé en dos minutos y volví a acelerar para dar el resto. Paré mi reloj justo a la hora cuando estaba marcando 9 mi/hr (14.48 km/hr). ¡Ay buey! Nunca en mi vida había corrido tan rápido. Ni en mis sueños siendo correteado por mis acredores.
Tardé en recuperarme mientras me estiraba. Todavía se me ocurrió meterme a nadar. Me bañé y salté a la piscina. Sentí de inmediato lo frío que estaba. No pude nadar mas que 10 minutos. Comencé a sentir mucho frío. De suerte no me enferme. Con esa carrera le puse una buena madriza a mi puerquecito. Tanto que ayer martes de plano me dió mucha flojera correr o nadar y me lo tomé como día libre.
Estoy feliz aunque es un logro que mucha gente no entenderá. No me importa.
La Marmota
lunes, septiembre 27, 2010
Adopta. Ahora es personal.
He utilizado esa palabra muchas veces promoviendo salvar a miles de mascotas que son abandonadas y que terminan en albergues. Muchos de ellos son sacrificados porque no hay personas que tengan corazón para darles un hogar. Soy muy feliz con mi Lucas y Frida. No me puedo imaginar que hubiera sido de ellos si sus papás no hubieran sido rescatados de un puppy mill.
Ahora es momento de darle un significado mucho mayor a esa palabra. Dios no nos ha dado la dicha de hacernos padres a mi esposa y a mi. He sido muy feliz al lado de ella. Ha habido de todo después de casi 13 años, cosas buenas y algunas malas pero al final de cuentas estamos juntos y eso es lo que importa.
Hemos decidido buscar la adopción de un hij@. Antes de nuestro viaje a México tuvimos nuestra primera plática. Fuimos advertidos que no iba a ser un proceso sencillo. Va a requerir tomar muchos cursos, investigaciones, llenar interminable número de documentos y mucha paciencia; pero estamos listos y comprometidos. Es algo que queremos hacer.
Estando en México platiqué con un buen amigo que pasó ya por este proceso. Me dió muy buenos consejos y comentamos sus experiencias.
Inicio una nueva etapa en mi vida. Es posible que el mundo ya exista una personita a la pronto le podremos decir hij@ y eso me hace muy feliz.
Sergio Garrido
He utilizado esa palabra muchas veces promoviendo salvar a miles de mascotas que son abandonadas y que terminan en albergues. Muchos de ellos son sacrificados porque no hay personas que tengan corazón para darles un hogar. Soy muy feliz con mi Lucas y Frida. No me puedo imaginar que hubiera sido de ellos si sus papás no hubieran sido rescatados de un puppy mill.
Ahora es momento de darle un significado mucho mayor a esa palabra. Dios no nos ha dado la dicha de hacernos padres a mi esposa y a mi. He sido muy feliz al lado de ella. Ha habido de todo después de casi 13 años, cosas buenas y algunas malas pero al final de cuentas estamos juntos y eso es lo que importa.
Hemos decidido buscar la adopción de un hij@. Antes de nuestro viaje a México tuvimos nuestra primera plática. Fuimos advertidos que no iba a ser un proceso sencillo. Va a requerir tomar muchos cursos, investigaciones, llenar interminable número de documentos y mucha paciencia; pero estamos listos y comprometidos. Es algo que queremos hacer.
Estando en México platiqué con un buen amigo que pasó ya por este proceso. Me dió muy buenos consejos y comentamos sus experiencias.
Inicio una nueva etapa en mi vida. Es posible que el mundo ya exista una personita a la pronto le podremos decir hij@ y eso me hace muy feliz.
Sergio Garrido
viernes, septiembre 24, 2010
MICM 2010 - Parte 5
A mi padre
Entrando por avenida Revolución comenzamos una pendiente muy ligera. La avenida es amplia pero nosotros ibamos por los carriles de la izquiera. Mi único pendiente era saber si ibamos a subir el distribuidor vial. Mi moral estaba arriba y decidí que era momento de apretar el paso, pero algo pasó. Unos tres kilómetros antes de llegar a Mixcoac sentí una contractura en la pierna izquierda a la altura de la pantorrilla. Me detuve y tomé un gel. Comencé a caminar. Afortunadamente pasó muy rápido y volví a agarrar mi paso.
Mas o menos un kilómetro después vi una cara conocida: Mi amigo Julio. Sentí muy padre verlo ya que fué el único amigo que salió a apoyarme. Eso me volvió a levantar la moral. Estaba con su mamá. Los saludé y agradecí el apoyarme, después continué rumbo a Mixcoac. Entes de llegar a Mixcoac me dí cuenta que no ibamos a subir el distribuidor vial. Fué un gran alivio. Abajo del puente encontré de nueva cuenta a mi esposa y a Pao.
El dar vuelta sobre Rio Mixcoac vi a quién había estado esperando en toda la carrera: Mi padre. El ya estaba triste porque como no ve de un ojo y el otro tiene la visión disminuida pensó que yo ya había pasado. Había llegado solo y estuvo de pie varias horas esperando verme. Lo abracé y le dije que lo quería y le dedicaba esa carrera. Fué un momento muy emotivo. Lo único que me dijo fue "Te veo entero, no te ves cansado". ¡Claro que estaba cansado pero no se lo dije! Yo creo que pensó que iba a venir arrastrándome, pero poco faltaba. Quien ha terminado un maratón sabe lo que se siente en la milla 20.
Al despedirme de mi padre seguí por Rio Mixcoac. Aqui estaba otra estación de Gatorade pero ¡ya se les había acabado!. Una "corredora" que iba a mi lado traía apoyo de una persona en bicicleta que le pasó una botella de pedialite. Se acercó otro corredor que se veía en problemas para pedirle un trago y ¡se lo negó!. Sin palabras. Me dió mucho coraje. Poco espiritu deportivo. Es poco probable que esa "corredora" llegue a leer este blog, pero nada mas quiero decirle que se vió muy mal y al que obra mal, se le pudre el tamal. ¡Tache!.
La falta de hidratación me pegó y comencé a tener problemas en Insurgentes. Ahi comencé a caminar y correr. Tomar fotografías y disfrutar del recorrido.
Había estado pensando varios meses atrás que frase le iba a poner a mi camiseta. Tenía varias opciones como "Muévelas... como anoche", "Falta un Chingo", y otras, pero a mi esposa no le habían gustado. Incluso ya las había mandado hacer, pero ya estando en México, mientras estaba bañandome se me ocurrió la frase: "¿Falta mucho papá Pitufo?". Muchas de mis ideas se me ocurren en el baño. ¿Quién sabe por qué?. Esa frase me ayudó mucho porque los corredores que la leían me hacían esa pregunta. Si les interesa estampar una playera de correr la pueden llevar a Pambolero sucursal Insurgentes y pregunten por Karla Núñez. Yo les recomiendo llevar su propia camiseta porque las que tienen ahi son de futbol soccer y no sirven para carreras largas.
A la altura del WTC me encontré de nuevo a mi esposa y Pao. El recorrido por Insurgentes me gustó mucho. Yo creo que fué la parte que mas me gustó porque ya no tenía la presión y nadie me esperaba sino hasta la meta.
Haciéndome Buey
De ahí solo hay dos subidas mas o menos pesadas. Una en el puente de Viaducto y para tomar la glorieta de los Insurgentes. Aqui los chamacos que llevaron para animar ya se veían cansado y estaban sentados en la banqueta pero estuvo bien.
Fue al entrar a la Avenida Juarez cuando se volvió todo un caos. Gente pasando de un lado a otro sin el menor respeto. Sobretodo a la altura de la Alameda Central. En el eje central Lázaro Cardenas estuvo peor. Afortunadamente al entrar otra vez a Pino Suárez el orden regresó y había gente ofreciendo dulces y apoyando a los corredores.
Al entrar a 20 de Noviembre vino una gran sopresa. Yo iba a comenzar mi sprint final y escuché el grito de mi esposa a pesar que estaba escuchando música. Me estaba pasando a Pao para correr los últimos metros con ella. La tomé de la mano y comenzamos a correr entre las vallas. Faltaban todavía como 500 metros y pensé que iba a tener que detenerme para que ella tomara aire, pero no, corrimos sin detenernos hasta la meta. Fué un momento inesperado pero muy padre.
¡A la meta!
Al salir del área de meta entramos a la plancha el zócalo en donde recibimos gatorade, una bolsa de recuperación y mi ansiada medalla. Alguna gente se quejó de lo que venía en la bolsa. Una barrita, una naranja y un plátano. A mi la verdad no me importó. No contaba con eso. Ya había planeado comer algo después de la carrera. ¡Y vaya que comí! No solo eso, tragué.
Además, la inscripción es solo $250 pesos, menos de $20 dólares. Considerando que sólamente la inscripción de los maratones en Estados Unidos está arriba de los $100 dólares esta carrera fué un regalo. Sé que para muchos corredores del país $250 pesos es hacer un sacrificio, pero por el nivel de carrera pienso que tampoco se puede esperar que le vayan a dar a uno un desayuno completo.
De ahí me regresé al hotel y me dí un buen baño. Mi cuñada y mi suegra ya estaban esperandonos en el VIPs de enfrente con una mesa para comer. Me dió tiempo para documentar la salida del hotel. Cuando llegamos ya estaba esperándome mi comida. Estuvo perfecto.
Después de desayunar vino lo peor del día. Se suponía que mi cuñada traía auto. Yo pensé que iba a estar muy bien. Salimos del restaurant y caminamos, caminamos, y caminamos. Hasta que llegamos hasta el metro San Antonio Abad. Yo cargando mi bag pack pesadisima. Mas o menos otra milla subiendo y bajando escaleras. Para la próxima me quedo otro día en el hotel.
Este ha sido uno de los maratones que mas satisfacciones me han dado. Conocí a nueva gente y me reencontré con mi amada Ciudad de México. No puedo esperar a volver a correr el próximo año. Ojalá esta vez le hagan mayor difusión. Este maratón tiene todo lo necesario para volverse uno de los mas importantes del mundo. Amén.
La Marmota
PS: Agradezco a los #twitterunners dejarme ser parte de su grupo. Nos vemos el próximo año si no es que antes.
A mi padre
Entrando por avenida Revolución comenzamos una pendiente muy ligera. La avenida es amplia pero nosotros ibamos por los carriles de la izquiera. Mi único pendiente era saber si ibamos a subir el distribuidor vial. Mi moral estaba arriba y decidí que era momento de apretar el paso, pero algo pasó. Unos tres kilómetros antes de llegar a Mixcoac sentí una contractura en la pierna izquierda a la altura de la pantorrilla. Me detuve y tomé un gel. Comencé a caminar. Afortunadamente pasó muy rápido y volví a agarrar mi paso.
Mas o menos un kilómetro después vi una cara conocida: Mi amigo Julio. Sentí muy padre verlo ya que fué el único amigo que salió a apoyarme. Eso me volvió a levantar la moral. Estaba con su mamá. Los saludé y agradecí el apoyarme, después continué rumbo a Mixcoac. Entes de llegar a Mixcoac me dí cuenta que no ibamos a subir el distribuidor vial. Fué un gran alivio. Abajo del puente encontré de nueva cuenta a mi esposa y a Pao.
El dar vuelta sobre Rio Mixcoac vi a quién había estado esperando en toda la carrera: Mi padre. El ya estaba triste porque como no ve de un ojo y el otro tiene la visión disminuida pensó que yo ya había pasado. Había llegado solo y estuvo de pie varias horas esperando verme. Lo abracé y le dije que lo quería y le dedicaba esa carrera. Fué un momento muy emotivo. Lo único que me dijo fue "Te veo entero, no te ves cansado". ¡Claro que estaba cansado pero no se lo dije! Yo creo que pensó que iba a venir arrastrándome, pero poco faltaba. Quien ha terminado un maratón sabe lo que se siente en la milla 20.
Al despedirme de mi padre seguí por Rio Mixcoac. Aqui estaba otra estación de Gatorade pero ¡ya se les había acabado!. Una "corredora" que iba a mi lado traía apoyo de una persona en bicicleta que le pasó una botella de pedialite. Se acercó otro corredor que se veía en problemas para pedirle un trago y ¡se lo negó!. Sin palabras. Me dió mucho coraje. Poco espiritu deportivo. Es poco probable que esa "corredora" llegue a leer este blog, pero nada mas quiero decirle que se vió muy mal y al que obra mal, se le pudre el tamal. ¡Tache!.
La falta de hidratación me pegó y comencé a tener problemas en Insurgentes. Ahi comencé a caminar y correr. Tomar fotografías y disfrutar del recorrido.
Había estado pensando varios meses atrás que frase le iba a poner a mi camiseta. Tenía varias opciones como "Muévelas... como anoche", "Falta un Chingo", y otras, pero a mi esposa no le habían gustado. Incluso ya las había mandado hacer, pero ya estando en México, mientras estaba bañandome se me ocurrió la frase: "¿Falta mucho papá Pitufo?". Muchas de mis ideas se me ocurren en el baño. ¿Quién sabe por qué?. Esa frase me ayudó mucho porque los corredores que la leían me hacían esa pregunta. Si les interesa estampar una playera de correr la pueden llevar a Pambolero sucursal Insurgentes y pregunten por Karla Núñez. Yo les recomiendo llevar su propia camiseta porque las que tienen ahi son de futbol soccer y no sirven para carreras largas.
A la altura del WTC me encontré de nuevo a mi esposa y Pao. El recorrido por Insurgentes me gustó mucho. Yo creo que fué la parte que mas me gustó porque ya no tenía la presión y nadie me esperaba sino hasta la meta.
Haciéndome Buey
De ahí solo hay dos subidas mas o menos pesadas. Una en el puente de Viaducto y para tomar la glorieta de los Insurgentes. Aqui los chamacos que llevaron para animar ya se veían cansado y estaban sentados en la banqueta pero estuvo bien.
Glorieta de los Insurgentes
Al entrar Avenida Reforma la cosa iba bien. Ahi encontramos una estación de abastecimiento grande en donde ofrecían plátanos y naranjas. La ruta se siguió por la lateral de Reforma porque la avenida estaba resevada para bicicletas y preparativos del Bicentenario.Fue al entrar a la Avenida Juarez cuando se volvió todo un caos. Gente pasando de un lado a otro sin el menor respeto. Sobretodo a la altura de la Alameda Central. En el eje central Lázaro Cardenas estuvo peor. Afortunadamente al entrar otra vez a Pino Suárez el orden regresó y había gente ofreciendo dulces y apoyando a los corredores.
Al entrar a 20 de Noviembre vino una gran sopresa. Yo iba a comenzar mi sprint final y escuché el grito de mi esposa a pesar que estaba escuchando música. Me estaba pasando a Pao para correr los últimos metros con ella. La tomé de la mano y comenzamos a correr entre las vallas. Faltaban todavía como 500 metros y pensé que iba a tener que detenerme para que ella tomara aire, pero no, corrimos sin detenernos hasta la meta. Fué un momento inesperado pero muy padre.
¡A la meta!
Al salir del área de meta entramos a la plancha el zócalo en donde recibimos gatorade, una bolsa de recuperación y mi ansiada medalla. Alguna gente se quejó de lo que venía en la bolsa. Una barrita, una naranja y un plátano. A mi la verdad no me importó. No contaba con eso. Ya había planeado comer algo después de la carrera. ¡Y vaya que comí! No solo eso, tragué.
Además, la inscripción es solo $250 pesos, menos de $20 dólares. Considerando que sólamente la inscripción de los maratones en Estados Unidos está arriba de los $100 dólares esta carrera fué un regalo. Sé que para muchos corredores del país $250 pesos es hacer un sacrificio, pero por el nivel de carrera pienso que tampoco se puede esperar que le vayan a dar a uno un desayuno completo.
De ahí me regresé al hotel y me dí un buen baño. Mi cuñada y mi suegra ya estaban esperandonos en el VIPs de enfrente con una mesa para comer. Me dió tiempo para documentar la salida del hotel. Cuando llegamos ya estaba esperándome mi comida. Estuvo perfecto.
Después de desayunar vino lo peor del día. Se suponía que mi cuñada traía auto. Yo pensé que iba a estar muy bien. Salimos del restaurant y caminamos, caminamos, y caminamos. Hasta que llegamos hasta el metro San Antonio Abad. Yo cargando mi bag pack pesadisima. Mas o menos otra milla subiendo y bajando escaleras. Para la próxima me quedo otro día en el hotel.
Este ha sido uno de los maratones que mas satisfacciones me han dado. Conocí a nueva gente y me reencontré con mi amada Ciudad de México. No puedo esperar a volver a correr el próximo año. Ojalá esta vez le hagan mayor difusión. Este maratón tiene todo lo necesario para volverse uno de los mas importantes del mundo. Amén.
La Marmota
PS: Agradezco a los #twitterunners dejarme ser parte de su grupo. Nos vemos el próximo año si no es que antes.
jueves, septiembre 23, 2010
Y llegó la hora. Bajé al lobby y encontré un grupo de corredores. Todavía estaba algo oscuro. Aqui tengo que hacer una confesión: Sin mis anteojos estoy mas ciego que un topo. Uso anteojos para sol mientras corro pero estos también tienen mi aumento. Me da pena usarlos cuando está oscuro por no verme muy mamila, pero sin ellos estoy perdido.
No me había puesto mis lentes de sol y esperé a que el grupo saliera a la calle. Mi intensión era seguirlos hasta el área de corredores. Al salir los perdí entre el tumulto. Llegué hasta dónde pensé era el área de acceso y de repente me encontré lo que en un concierto se conocería como el backstage. Al lado del animador, presentador o buey del micrófono. Justo al lado del tapete de salida. Nadie me dijo que no podía pasar pero ahi me encontraba.
Estuve tomando algunas fotografías esperando que acercaran al grupo de mujeres al area de salida hasta que llegó una mujer con radio. ¡Otra vez los malditos radios que hacen que la gente se vuelva importante! Y me dijo que no podía estar ahi. Me quedé otro rato pero comencé a preguntarme en dónde estaría mi corral (muuuuú) asi es que me fuí a buscarlo.
Entiendo las razones de separar a los hombres de las mujeres. En realidad es la primera carrera que veo que sucede. La banda puede ser muy manchada, pero tampoco estamos en el metro. Algo que se me hizo muy chafa fue que a la salida de las mujeres se cantó el himno a la alegría y con los hombres el himno nacional. ¿Por qué hacer esa distinción?. ¿Qué la salida de las mujeres no era la oficial?.
Yo tenía marcado el color verde. Los corrales estaban bien señalados con globos de colores pero como todavía era de noche y yo sin lentes terminé en el corral azul.
Mientras cantaban el Himno Nacional la piel se me puso chinita. Hace mucho que no lo escuchaba con tanta emoción.
El Himno Nacional Mexicano
Y llegó la hora de la salida. Pirotécnica, globos, gritos y las ilusiones y determinación de todos los corredores que salimos.
La salida del grupo de hombres
Dar la vuelta al zócalo capitalino corriendo era mi ilusión. Ojalá la vuelta al zócalo hubiera sido al regresar a la meta.
Tenía mucho miedo de la altura y comencé a correr a paso moderado. Además el mapa de altimetría no ayudaba mucho. En la escala que utilizaron parecía que ibamos a escalar varias montañas. El mapa que dieron carecía de kilometraje. Fué dificil planear una estretegia por adelantado. Como no esperaba terminar en un super tiempo pude relajarme y disfrutar de las calles de la Ciudad.
Algo que me pareció muy bueno, no sé si fué planeado o simple coincidencia, es que en la mayor parte de la carrera nos cubría la sombra de los edificios o de los árboles. Solo tuvimos pocos tramos en donde el sol nos pegaba de sopetón. Además la temperatura y humedad eran agradables para correr. Nada que ver con los mas de 40 °C de Dallas.
Encontré en el camino a varios personajes: Al hombre que traía en su espalda una imágen de la Virgen de Guadalupe, al hombre de los peluches, otro que cargaba una muñeca y el señor de los sarapes. Vi muchos otros, pero estos fueron los que mas me gustaron.
Por avenida Chapultepec pasamos por un paso a desnivel muy largo. Ahi tuve la oportunidad de filmar una escena pintoresca. Digamos que al mural pintado en las paredes del paso a desnivel le faltaba agua.
Aqui viene mi primera observación: ¿Por qué poner los baños cada 10 kms? Es mucha distancia. Ojalá el próximo año pongan mas baños portátiles. Y un mensaje para la banda: Gracias por apuntar hacia la pared pero no sean cochinos.
Todo iba bien, la primera parte del maratón lo corrí sin problemas. Buena hidratación, los chamacos que llevaron para animar estaban prendidos, había suficientes policias cuidando el tráfico. Me sentí feliz corriendo por mi Ciudad.
Fué bajando por la Calle de Horacio en Polanco cuando sentí que alguien me tocaba el hombro. Era @FactorLamb con un grupo grande de #twitterrunners. Reconocí a algunos y les tomé unas fotografías. Estuve junto de ellos hasta el auditorio nacional en donde me encontré a Pao y a mi esposa. Me detuve un momento y ellos se siguieron. Ya no los ví mas. Iban muy concentrados.
Mañana la segunda y última parte de la carrera. Continurá...
La Marmota
Recordar es volver a vivir
miércoles, septiembre 22, 2010
MICM 2010 Parte 3
El sábado por la mañana desperté e hice mi maleta. La carrera se inicia y termina en el zócalo de la Ciudad de México. Muchas calles estaban ya cerradas debido a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia. Era imposible llegar en auto. El único medio iba a ser el metro. Decidí que era conveniente evitar las aglomeraciones del metro el día de la carrera, además de la desmadrugada y reservé con anticipación en el Gran Hotel Ciudad de México. Hermoso hotel, un verdadero palacio. Un bellisimo vitral de Tiffany en el techo; y con una vista inmejorable desde una terraza al zócalo, pero con un pésimo servicio y trabajadores muy mamertos. Desde la entrada están los cadeneros que parece que te están haciendo el favor de dejarte entrar. Hay una escalera para llegar al lobby y las personas de seguridad te ven hacia abajo como tratando de ver si eres digno de entrar. Pinches nacos. Un traje de medio uso, un radio y unos audifonos los hace creer que son dueños del universo.
En esta aventura nos acompañó Pao. Hija de mi cuñada y que también es mi ahijada de bautizo. Es como la hija que siempre quize tener y la quiero mucho. A sus ocho años nunca había tenido oportunidad de subirse al metro así que vine cotorreando con ella. Como nos subimos al metro desde la estación Taxqueña le dije que de un momento a otro viajariamos abajo de la tierra y que tendría que jalar aire para poder respirar. Fué todo un cotorreo.
Llegamos al zócalo y salimos de lado de Palacio Nacional. Llevaba mi backpack y mi esposa llevaba otra. Tardamos mas de 1 hora en caminar al hotel que está del otro lado del zócalo. Ibamos en medio de un río de gente que estaba en espera que se encendiera la decoración de la independencia.
Tan pronto nos instalamos en el hotel salimos a caminar por el Zócalo. Desafortunadamente comenzó a llover y nos tuvimos que regresar. No era momento de enfermarse. Cenamos en un VIPS que esta enfrente del hotel.
Al salir de cenar ya estamos muy cansados. Nos regresamos al hotel y afortunadamente ya había dejado de llover. Desde la terraza pude tomar algunas fotografías.
Pájara Peggi comenta que hay en Zócalo
De ahí nos fuimos a dormir hasta las 4:30 AM cuando desperté con un solo objetivo: Correr el maratón y divertirme. Traté de volverme a dormir pero mi emoción era muy grande. Quería que fuera ya la hora de comenzar a correr. Quería brincar, bailar, gritar... Me dí un baño muy rápido a eso de las 6 AM y a las 6:30 AM salí en busca de mi destino: Las calles de la Ciudad de México.
Continuará....
La Marmota
El sábado por la mañana desperté e hice mi maleta. La carrera se inicia y termina en el zócalo de la Ciudad de México. Muchas calles estaban ya cerradas debido a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia. Era imposible llegar en auto. El único medio iba a ser el metro. Decidí que era conveniente evitar las aglomeraciones del metro el día de la carrera, además de la desmadrugada y reservé con anticipación en el Gran Hotel Ciudad de México. Hermoso hotel, un verdadero palacio. Un bellisimo vitral de Tiffany en el techo; y con una vista inmejorable desde una terraza al zócalo, pero con un pésimo servicio y trabajadores muy mamertos. Desde la entrada están los cadeneros que parece que te están haciendo el favor de dejarte entrar. Hay una escalera para llegar al lobby y las personas de seguridad te ven hacia abajo como tratando de ver si eres digno de entrar. Pinches nacos. Un traje de medio uso, un radio y unos audifonos los hace creer que son dueños del universo.
En esta aventura nos acompañó Pao. Hija de mi cuñada y que también es mi ahijada de bautizo. Es como la hija que siempre quize tener y la quiero mucho. A sus ocho años nunca había tenido oportunidad de subirse al metro así que vine cotorreando con ella. Como nos subimos al metro desde la estación Taxqueña le dije que de un momento a otro viajariamos abajo de la tierra y que tendría que jalar aire para poder respirar. Fué todo un cotorreo.
Llegamos al zócalo y salimos de lado de Palacio Nacional. Llevaba mi backpack y mi esposa llevaba otra. Tardamos mas de 1 hora en caminar al hotel que está del otro lado del zócalo. Ibamos en medio de un río de gente que estaba en espera que se encendiera la decoración de la independencia.
Tan pronto nos instalamos en el hotel salimos a caminar por el Zócalo. Desafortunadamente comenzó a llover y nos tuvimos que regresar. No era momento de enfermarse. Cenamos en un VIPS que esta enfrente del hotel.
Al salir de cenar ya estamos muy cansados. Nos regresamos al hotel y afortunadamente ya había dejado de llover. Desde la terraza pude tomar algunas fotografías.
Pájara Peggi comenta que hay en Zócalo
De ahí nos fuimos a dormir hasta las 4:30 AM cuando desperté con un solo objetivo: Correr el maratón y divertirme. Traté de volverme a dormir pero mi emoción era muy grande. Quería que fuera ya la hora de comenzar a correr. Quería brincar, bailar, gritar... Me dí un baño muy rápido a eso de las 6 AM y a las 6:30 AM salí en busca de mi destino: Las calles de la Ciudad de México.
Continuará....
La Marmota
martes, septiembre 21, 2010
MICM 2010 Parte 2
El viernes fui a desayunar con mi amigo Fer y mi esposa. De ahi nos fuimos al Palacio de los Rebotes a recoger mi paquete del corredor. A la entrada había un filtro en donde te pedían tu comprobante de pago para dejarte entrar. Yo me inscribí por internet y llevaba en mi telefono el correo. Saqué una hoja en blanco y se la mostré a la persona encargada y así me dejó pasar. Una de dos, los nuevos comprobantes están hechos con tinta invisible o el encargado ni siquiera vió el papel.
El entrar al galerón lo primero que vi fué al Doctor Simi haciendo su clásico baile mamuco. Recogí mi paquete de corredor. Unicamente me pidieron mi número. No tuve que mostrar ninguna identificación. No había nada de gente. De ahi fuí a donde estaban probándose las camisetas del maratón: había dos colores, una para el maratón completo y otra para el medio. Aqui tampoco había nada de fila.
Fué en este lugar donde conocí personalmente a Araiz. Ahora trabaja para Runners World México y se encontraba en el stand de la revista. Pude tomarme una fotografía con ella.
En la noche fuí a cenar con un grupo de corredores conocidos como los #twitterrunners. No sé si son los originales o los piratas. No me quiero meter en esos problemas, pero me puso triste que pocos dias antes de mi llegada el grupo de corredores que nos conocimos por twitter se dividiera. Ojalá algún día logren sentarse las dos partes y arreglen las diferencias. Lo importante es la convivencia, el sudor y las ganas de correr. Cuando entran intereses de patrocinadores y gente de relaciones públicas hechan a perder todo. Hago votos para que pronto se consolide el grupo nuevamente.
Debo confesar que estuve a punto de no ir a la cena. Me hubiera arrepentido. Mi interés principal, aparte de conocer a mis nuevos amigos personalmente, era apoyar a la asociación Con Ganas de Vivir. Me apunté para vender mis kilómetros del maratón y así ayudar a personas de bajos recursos a cubrir gastos de operación de tumor cerebral y cáncer.
Ahi tuve oportunidad de conocer a gente muy amable y valiosa como Luz Elena Arriaga (@LuzdeAgosto) que corrió descalza el maratón para que sus kilómetros valieran el doble. ¡Mis respetos y admiración!
La platica durante al cena estuvo divertida. Me la pasé muy bien pero llegó el momento de despedirse para que la desvelada no estuviera muy pesada.
Continuará...
La Marmota
El viernes fui a desayunar con mi amigo Fer y mi esposa. De ahi nos fuimos al Palacio de los Rebotes a recoger mi paquete del corredor. A la entrada había un filtro en donde te pedían tu comprobante de pago para dejarte entrar. Yo me inscribí por internet y llevaba en mi telefono el correo. Saqué una hoja en blanco y se la mostré a la persona encargada y así me dejó pasar. Una de dos, los nuevos comprobantes están hechos con tinta invisible o el encargado ni siquiera vió el papel.
El entrar al galerón lo primero que vi fué al Doctor Simi haciendo su clásico baile mamuco. Recogí mi paquete de corredor. Unicamente me pidieron mi número. No tuve que mostrar ninguna identificación. No había nada de gente. De ahi fuí a donde estaban probándose las camisetas del maratón: había dos colores, una para el maratón completo y otra para el medio. Aqui tampoco había nada de fila.
Fué en este lugar donde conocí personalmente a Araiz. Ahora trabaja para Runners World México y se encontraba en el stand de la revista. Pude tomarme una fotografía con ella.
En la noche fuí a cenar con un grupo de corredores conocidos como los #twitterrunners. No sé si son los originales o los piratas. No me quiero meter en esos problemas, pero me puso triste que pocos dias antes de mi llegada el grupo de corredores que nos conocimos por twitter se dividiera. Ojalá algún día logren sentarse las dos partes y arreglen las diferencias. Lo importante es la convivencia, el sudor y las ganas de correr. Cuando entran intereses de patrocinadores y gente de relaciones públicas hechan a perder todo. Hago votos para que pronto se consolide el grupo nuevamente.
Debo confesar que estuve a punto de no ir a la cena. Me hubiera arrepentido. Mi interés principal, aparte de conocer a mis nuevos amigos personalmente, era apoyar a la asociación Con Ganas de Vivir. Me apunté para vender mis kilómetros del maratón y así ayudar a personas de bajos recursos a cubrir gastos de operación de tumor cerebral y cáncer.
Ahi tuve oportunidad de conocer a gente muy amable y valiosa como Luz Elena Arriaga (@LuzdeAgosto) que corrió descalza el maratón para que sus kilómetros valieran el doble. ¡Mis respetos y admiración!
La platica durante al cena estuvo divertida. Me la pasé muy bien pero llegó el momento de despedirse para que la desvelada no estuviera muy pesada.
Continuará...
La Marmota
lunes, septiembre 20, 2010
Maratón Internacional de la Ciudad de México 2010
Este maratón ha sido por mucho uno de los mas bonitos que me ha tocado correr. No creo que esté influenciado por haber nacido en esta ciudad. De hecho no esperaba mucho de la organización. Estaba desilucionado porque el año pasado movieron el maratón de fecha el mismo día que hice la reservación de mi viaje y no lo pude correr. Este año no habían publicado la ruta sino dias antes de la carrera misma que fué modificada unos dias antes nuevamente.
Después de haber corrido me doy cuenta que excedieron mis expectativas y el maratón se consolidó como uno de mis favoritos. Claro que hay algunos detalles que faltan pulir, pero la verdad lo disfruté. No puedo esperar a volverlo a correr el próximo año. Encontré nuevos amigos y algunos viejos. Fué la primera vez que mi papá me vió correr y tuve la oportunidad de abrazarlo y decirle que esta carrera se la dedicaba a él.
No me quiero extender en este blog. Va a ser mas bien una serie con todos los detalles desde el viernes en donde fuí a recoger mi paquete de corredor y en la noche conocí durante una cena a gente muy amable y valiosa del grupo de #twitterruners.
El sábado nos transladamos al Hotel de la Ciudad de México en donde nos hospedamos, para finalizar el domingo que por fin corrí el maratón. No llegué con la idea de un super tiempo sino correr y divertirme. Así fué.
El domingo previo participé en una carrera de 16.2 millas. Era una carrera de tune-up. Tenía tres dias de haber llegado a la Ciudad de México y sentí la diferencia de alturas. Fué una buena idea llegar antes para acostumbrar mi cuerpo.
Nos seguiremos leyendo.
La Marmota
Este maratón ha sido por mucho uno de los mas bonitos que me ha tocado correr. No creo que esté influenciado por haber nacido en esta ciudad. De hecho no esperaba mucho de la organización. Estaba desilucionado porque el año pasado movieron el maratón de fecha el mismo día que hice la reservación de mi viaje y no lo pude correr. Este año no habían publicado la ruta sino dias antes de la carrera misma que fué modificada unos dias antes nuevamente.
Después de haber corrido me doy cuenta que excedieron mis expectativas y el maratón se consolidó como uno de mis favoritos. Claro que hay algunos detalles que faltan pulir, pero la verdad lo disfruté. No puedo esperar a volverlo a correr el próximo año. Encontré nuevos amigos y algunos viejos. Fué la primera vez que mi papá me vió correr y tuve la oportunidad de abrazarlo y decirle que esta carrera se la dedicaba a él.
No me quiero extender en este blog. Va a ser mas bien una serie con todos los detalles desde el viernes en donde fuí a recoger mi paquete de corredor y en la noche conocí durante una cena a gente muy amable y valiosa del grupo de #twitterruners.
El sábado nos transladamos al Hotel de la Ciudad de México en donde nos hospedamos, para finalizar el domingo que por fin corrí el maratón. No llegué con la idea de un super tiempo sino correr y divertirme. Así fué.
El domingo previo participé en una carrera de 16.2 millas. Era una carrera de tune-up. Tenía tres dias de haber llegado a la Ciudad de México y sentí la diferencia de alturas. Fué una buena idea llegar antes para acostumbrar mi cuerpo.
Nos seguiremos leyendo.
La Marmota
jueves, septiembre 09, 2010
Las misteriosas botellas
Aún me sorprende lo que un rumor infundado puede lograr. Caminando por la Ciudad de México me llamó la atención ver en varias jardineras botellas llenas de agua. Las botellas estaban acomodadas por lo que no era el caso que alguien hubiera tirado basura. Y si fuera así, ¿para qué rellenarlas de agua?.
Nuestro equipo de reporteros chismosos se dió a la tarea de investigar el misterio de las botellas en las jardineras. Yo me quedé con las bolsitas de plástico rellenas también de agua colgando en las puertas de algunos restaurantes o fondas para evitar que las moscas se metan.
Después de arduas investigaciones el secreto fué revelado: A alguna mente brillante se le ocurrió que dichas botellas evitan que los perros orinen en las jardineras. ¡En la madre!. La voz se ha ido corriendo y ahora podemos ver algunas zonas de la Ciudad adornadas con soberanas botellas.
¡Chale! Y yo que pensé que la gente se conmovía de los corredores y dejaban liquidos para que los tomaran.
¿Ahora que sigue? ¿Unas cubetas con agua la puerta de las casas para que no entre el polvo? Chin, ya lo dije, habrá que patentarlo.
Hayase visto. ¡Sorprendente!
Por cierto, lo de las botellas de agua no es cierto. Frida se encargó de hechar la teoría por los suelos.
La Marmota
Aún me sorprende lo que un rumor infundado puede lograr. Caminando por la Ciudad de México me llamó la atención ver en varias jardineras botellas llenas de agua. Las botellas estaban acomodadas por lo que no era el caso que alguien hubiera tirado basura. Y si fuera así, ¿para qué rellenarlas de agua?.
Nuestro equipo de reporteros chismosos se dió a la tarea de investigar el misterio de las botellas en las jardineras. Yo me quedé con las bolsitas de plástico rellenas también de agua colgando en las puertas de algunos restaurantes o fondas para evitar que las moscas se metan.
Después de arduas investigaciones el secreto fué revelado: A alguna mente brillante se le ocurrió que dichas botellas evitan que los perros orinen en las jardineras. ¡En la madre!. La voz se ha ido corriendo y ahora podemos ver algunas zonas de la Ciudad adornadas con soberanas botellas.
¡Chale! Y yo que pensé que la gente se conmovía de los corredores y dejaban liquidos para que los tomaran.
¿Ahora que sigue? ¿Unas cubetas con agua la puerta de las casas para que no entre el polvo? Chin, ya lo dije, habrá que patentarlo.
Hayase visto. ¡Sorprendente!
Por cierto, lo de las botellas de agua no es cierto. Frida se encargó de hechar la teoría por los suelos.
La Marmota
miércoles, septiembre 08, 2010
Reportando desde la Ciudad de México
Estas son algunas actulizaciones desde mi último blog.
El jueves por la noche llegamos a la Ciudad de México. El viaje estuvo muy pesado porque veniamos Lucas, Frida, mi esposa y yo. Además de tres maletas grandes, dos pequeñas y las dos de los perros. Nada mas nos faltó la jaula con el perico y un cartón de huevos para completar.
El domingo corrí una carrera de preparación. Quería saber como me iba a sentir con la altura de la Ciudad de México. Llegamos a las 6:30 AM a la primera sección de Chapultepec. Estaba lloviendo ligero. Lo mas que había corrido en esta Ciudad fué el medio maratón el año pasado. Esta carrera fué de 16.2 millas. Al principio me sentí bien, pero por eso de la milla 14 las estaciones de fluidos estaban cerradas. Siempre pensé que la avenida Reforma era plana. Estaba equivocado. A la altura del auditorio nacional, en dirección hacia Toluca la inclinación me costó mucho trabajo.
Terminé la carrera pero en un tiempo no muy bueno, pero con energías todavía para mas. Espero que así sea el día del maratón.
Estos dias he estado descansando y trabajando. Pude venir dias antes de la carrera para acostumbrarme un poco mas a la altura con la condición que iba a trabajar remotamente. He tenido mucha actividad estos dias.
Al fin publicaron la ruta oficial de la carrera y ahora parece que si mide la distancia oficial de un maratón.
Ya faltan unos pocos dias, espero que no llueva esa mañana. Estoy emocionado y ya me ví.
¡Que padre se siente cuando uno hace las cosas bien!
La Marmota
Estas son algunas actulizaciones desde mi último blog.
El jueves por la noche llegamos a la Ciudad de México. El viaje estuvo muy pesado porque veniamos Lucas, Frida, mi esposa y yo. Además de tres maletas grandes, dos pequeñas y las dos de los perros. Nada mas nos faltó la jaula con el perico y un cartón de huevos para completar.
El domingo corrí una carrera de preparación. Quería saber como me iba a sentir con la altura de la Ciudad de México. Llegamos a las 6:30 AM a la primera sección de Chapultepec. Estaba lloviendo ligero. Lo mas que había corrido en esta Ciudad fué el medio maratón el año pasado. Esta carrera fué de 16.2 millas. Al principio me sentí bien, pero por eso de la milla 14 las estaciones de fluidos estaban cerradas. Siempre pensé que la avenida Reforma era plana. Estaba equivocado. A la altura del auditorio nacional, en dirección hacia Toluca la inclinación me costó mucho trabajo.
Terminé la carrera pero en un tiempo no muy bueno, pero con energías todavía para mas. Espero que así sea el día del maratón.
Estos dias he estado descansando y trabajando. Pude venir dias antes de la carrera para acostumbrarme un poco mas a la altura con la condición que iba a trabajar remotamente. He tenido mucha actividad estos dias.
Al fin publicaron la ruta oficial de la carrera y ahora parece que si mide la distancia oficial de un maratón.
Ya faltan unos pocos dias, espero que no llueva esa mañana. Estoy emocionado y ya me ví.
¡Que padre se siente cuando uno hace las cosas bien!
La Marmota
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